EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 31 de marzo de 2016

PAZ A USTEDES

“El Evangelio de Hoy”: Lc 24,35-48

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a ustedes." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué se alarman?, ¿por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies: soy yo en persona. Pálpenme y dense cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como ven que yo tengo."
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que les decía mientras estaba con ustedes: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de esto." Palabra del Señor.

Reflexión

En el Evangelio de Hoy Jesús sigue apareciéndose a sus discípulos y ayudándoles a familiarizarse con su nueva dimensión de resucitado, para que puedan dar testimonio de él en el mundo. Lo primero es la paz. El resucitado no viene a aportar inquietudes enfermizas ni tensiones estériles, viene a comunicar paz. La paz de saberse salvados por la muerte y la resurrección del Señor. La paz del vencimiento del peor obstáculo que es la muerte; la paz de saberse acompañado por el mismo Jesús que antes marchaba con ellos y con nosotros por los caminos de la vida.

Dios ama tanto al mundo y sus habitantes que le regala a su propio Hijo para que vivan por él. Por eso Jesús se presenta dando una misión a sus discípulos… El miedo, ante el peligro de terminar en una cruz como su maestro no debe paralizarlos, Dios se ocupa de la vida. Ustedes son testigos de esto nos dice Jesús. Y todo estaba ya anunciado en Las Escrituras. Pidamos hoy al Señor que nos ayude a comprender su palabra y a vivir dando testimonio de la vida en medio de tantas amenazas y tantos sufrimientos. Dios nos bendiga con su paz.

miércoles, 30 de marzo de 2016

AFRONTAR LA REALIDAD CON LA FUERZA DEL RESUCITADO

“El Evangelio de Hoy”: Lc 24,13-35

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: "¿Qué conversación es esa que traen mientras van de camino?" Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?" Él les preguntó: "¿Qué?" Ellos le contestaron: "Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué necios y torpes son para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?" Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída." Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron: "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón." Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús había prometido a sus discípulos que estaría con ellos todos los días hasta el fin del mundo (cfr. Mt 28,20). Por eso no es extraño que nos lo encontremos junto a estos dos discípulos, Cleofás y el otro quienes se dirigían, desanimados, hacia su pueblito, después de haber acogido con gozo el proyecto de Jesús y experimentado la decepción de su condena y muerte en la Cruz. Jesús dialoga con ellos y les explica las Escrituras haciéndoles  recuperar la memoria de las implicaciones de su proyecto liberador. De igual manera que como lo hacía antes de la crucifixión, Jesús parte y comparte con ellos el pan, lo que le lleva a reconocerlo al instante y recuperar la esperanza y la fuerza y volver a reunirse con sus hermanos para continuar la misión de Jesús, testimoniando su experiencia de la resurrección.

Al igual que los primeros discípulos de Jesús, nuestra realidad de crisis de todo tipo, puede producirnos miedos, temores y esperanzas. No olvidemos dejarnos iluminar por la Palabra de Dios en los evangelios que nos invita a compartir la vida, compartiendo la comunión en Cristo. Jesús es nuestro alimento para poder atravesar todos los momentos y etapas de nuestra vida sin desfallecer. El compromiso de nuestra fe se vuelve misión transformadora de nuestra realidad personal y comunitaria. Así que El Evangelio de Hoy nos invita seriamente a vivir nuestra fe cristiana haciendo frente a las dificultades grandes y pequeñas con la fuerza del Espíritu del Resucitado que camina con nosotros en todo tiempo. Jesús está vivo y nos comunica su vida abundante. Aprovechémosla.

martes, 29 de marzo de 2016

ANDA, VE A MIS HERMANOS Y DILES...

“El Evangelio de Hoy”: Jn 20, 11-18                 
Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por qué lloras?" Ella les contesta: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto." Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?" Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré." Jesús le dice: "¡María!" Ella se vuelve y le dice: "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!" Jesús le dice: "Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro." María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He visto al Señor y ha dicho esto." Palabra del Señor.

Reflexión

Martes de la Octava de Pascua. Continuamos celebrándola Resurrección de Jesús. María Magdalena está buscando al Jesús muerto, pero el ya no está ahí. Lo está buscando fuera de ella y él le habla al corazón. Su problema ahora es que le han llevado al Maestro que la había comprendido y tratado con respeto y ternura. Ya no tiene cerca al Profeta que había seguido fielmente hasta el final. Dos mil años más tarde nosotros seguimos buscando a Jesús, como la Magdalena, en lugares equivocados, fuera de la experiencia personal de encuentro con él. Cuando buscamos a Jesús resucitado en los libros y en los documentos, difícilmente lo vamos a encontrar. Para encontrarnos con el Resucitado es necesario, ante todo, hacer un recorrido interior. Si no lo encontramos dentro de nosotros, no lo encontraremos en ninguna parte. Porque Jesús está vivo, está en la memoria encarnada de quienes creen en él de todo corazón y están realizando hoy la misión que él les encomendó de anunciar el Evangelio de la vida. Está en nosotros para llevarnos al encuentro de nuestros hermanos y hermanas.

Nuestro problema, como el de María Magdalena es que aún viendo a Jesús, no lo reconocemos porque tenemos ideas preconcebidas de él y el nos sorprende en medio de la vida sencilla de cada día. Si solo nos centramos en nuestros problemas y no miramos con esperanza al futuro que él nos anuncia, él seguirá muerto. Así que La invitación del Evangelio de Hoy es a que salgamos de la tristeza que nos aporta la  dura realidad de nuestras vidas y nos dejemos iluminar por el Jesús vivo que  viene a nuestro encuentro y nos llama por nuestro nombre a confiar en él y su mensaje. Nuestra fe ha de vivirse en la confianza en Jesús resucitado, luchando por hacer germinar la vida allí donde aparentemente solo hay muerte y desolación. No nos dejemos robar a nuestro Señor.

lunes, 28 de marzo de 2016

ALÉGRENSE

“El Evangelio de Hoy”: Mt 28, 8-15

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: "Alégrense." Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: "No tengan miedo: vayan a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: "Digan que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras ustedes dormían. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y los sacaremos de apuros." Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy. Palabra del Señor.

Reflexión

Durante esta primera semana del tiempo pascual que la Iglesia denomina, “Octava de Pascua” continuaremos leyendo los textos que nos anuncian la resurrección de Jesús. Un hecho fundante, insólito y desconcertante. La resurrección de Jesús cambia toda la configuración de la historia humana, aportando el elemento más importante de nuestra existencia: “la muerte no tiene la última palabra”. La resurrección nos abre a la trascendencia, a la eternidad. Por eso la resurrección nos hace repensar toda nuestra existencia. No puede ser igual la vida, las relaciones humanas, el trato a los demás, cuando creemos en la resurrección de Jesús. Valoramos las personas y su historia desde un valor primero que es el de la vida, la vida eterna aportada por Jesús como regalo de nuestro Padre Dios.

El evangelio de Hoy es un anuncio alegre de la vida y un gran llamado a no dejarnos confundir. Sabemos que ante las necesidades económicas, la corrupción toma fuerza y fácilmente se generaliza. Si los soldados romanos que custodiaban la tumba de Jesús se dejaron comprar para decir mentiras, también hoy estamos frente a quienes ofrecen dinero hasta para que matemos a otros. El poder del dinero que corrompe y aniquila los valores vitales de nuestra fe. Sigamos buscando al resucitado presente en nuestra vida como el que nos anima a seguir adelante construyendo espacios de vida y alegría en medio de las dificultades. No nos dejemos comprar por oropeles pasajeros, valoremos la verdad, la justicia y la fraternidad como signos de vida sin fin. Que la resurrección de Jesús nos afiance en la esperanza. Feliz pascua de resurrección con salud y paz.

domingo, 27 de marzo de 2016

NO HABÍAN CREÍDO EN LAS ESCRITURAS

“El Evangelio de Hoy”: Jn 20, 1-9

Lectura del santo evangelio según san Juan:

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería Jesús, y le dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto."
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no había entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.

Reflexión

La resurrección de Jesús es una gran Noticia. Confirmamos que Dios se complace en la vida. Ya Jesús había dicho que su misión era la de proporcionarnos vida en abundancia. Hoy sabemos que quienes viven como Jesús, siguiendo su ejemplo no mueren pues él es la resurrección y la vida. La muerte no tiene ningún poder sobre él. Está vivo. Ha resucitado y no podemos más que confesarlo y "seguirlo", "persiguiendo su Causa", obedeciendo a Dios,

Creer en la resurrección es afirmar que su enseñanza y su práctica tienen validez eterna y suprema, es necesario, siguiendo a Jesús, luchar a favor de la vida. Creer en la resurrección de Jesús es creer que su palabra, su proyecto y el Reino que anuncia,  expresan el valor fundamental de nuestra vida. Es poder tratar a los que nos rodean con cariño y delicadeza pues son nuestros hermanos y hermanas.

Me parece que nos falta la autenticidad de la fe para poder dejar que el Espíritu del resucitado realmente nos sostenga y anime. Lo importante no es solamente creer en Jesús, sino creer como Él. No es tener fe en Jesús, sino tener la fe de Jesús: su actitud ante la historia, su opción por los pobres, su propuesta, su lucha decidida, su confianza y esperanza hasta el último momento. Que Jesús resucitado nos regale su fuerza renovadora para afrontar nuestra vida con espíritu decidido y combatiente.  Feliz pascua de resurrección.

sábado, 26 de marzo de 2016

Sábado Santo

La Iglesia no celebra ningún sacramente en este día. Ayer vivimos la Pasión de Jesús y su muerte y hoy le acompañamos en su sepulcro en oración y ayuno.
El sábado Santo es un día cargado de esperanza. Sabemos que Jesús no se quedó en el sepulcro, él resucitó y eso es lo que nos aporta la alegría y la esperanza. Por eso, hoy esperamos la Noche Santa, como cantamos en el Pregón Pascual, la gran noche en que vivimos la memoria de la resurrección de Jesús. Así, se instalará la alegría y el gozo de sabernos salvados por la vida, la pasión, la muerte y la Resurrección de Jesús. Durante 50 días estaremos celebrando este acontecimiento en nuestra liturgia eclesial. 

Feliz Vigilia pascual de Resurrección a todos y a todas.

viernes, 25 de marzo de 2016

LES DIJO JESÚS: "YO SOY"

 “El Evangelio de Hoy”: Juan 18,1-19,42

Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan (Como la lectura de la pasión es larga, les paso algunos párrafos por cuestiones prácticas) ahí está la cita bíblica…


Lectura del santo evangelio según san Juan: (Lectura en forma dialogada)

C. En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo:
+. "¿A quién buscáis?"  C. Le contestaron:  S. "A Jesús, el Nazareno."
C. Les dijo Jesús:  +. "Yo soy."
C. La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que había dado a los judíos este consejo: "Conviene que muera un solo hombre por el pueblo." Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro.
C. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado "de la Calavera" (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: "Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos." Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato:
S. "No escribas: "El rey de los judíos", sino: "Éste ha dicho: Soy el rey de los judíos."
C. Pilato les contestó: S. "Lo escrito, escrito está."
C. Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.

Reflexión

El Viernes Santo es el día en que conmemoramos la pasión y muerte del señor. El Evangelio de Juan nos presenta su pasión como un gran escenario en el que se desarrolla una gran pieza de teatro. Jesús, silente, sereno, digno, respetuoso; Pilato, poderoso, prepotente, torpe, vacilante y político oportunista. Hoy es un buen día para la interiorización, la oración tranquila y el silencio significativo. Mirando al crucificado, descubramos el amor de Dios por nosotros.

Decidamos seguir a Jesús, vivir realmente nuestro bautismo. Él lo ha hecho todo por nosotros, ¿qué hacemos nosotros por nuestros hermanos y hermanas? No juzguemos a los demás, ni siquiera a Pilato o a Judas o a los judíos…  no condenemos a los bandidos, no olvidemos las palabras de Jesús en la Cruz: Perdónalos pues no saben lo que hacen… Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso… a nosotros lo que se nos pide es amar a nuestros hermanos, no juzgar ni condenar… eso es lo que Jesús nos enseña… Viernes Santo… silencio y paz…

jueves, 24 de marzo de 2016

... LES HE DADO EJEMPLO ...

“El Evangelio de Hoy”: Jn 13,1-15

Lectura del santo evangelio según san Juan:

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: "Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?" Jesús le replicó: "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde." Pedro le dijo: "No me lavarás los pies jamás." Jesús le contestó: "Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo." Simón Pedro le dijo: "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza." Jesús le dijo: "Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También ustedes están limpios, aunque no todos." Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos están limpios."
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: "¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? ustedes me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros; les he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con ustedes, ustedes también lo hagan."  Palabra del Señor.

Reflexión

Jueves Santo, Cena del Señor. La liturgia de hoy destaca el sacramento de la Eucaristía, el ministerio sacerdotal como servicio a la comunidad y la fraternidad. En la cena festiva, el ambiente estaba impregnado por el recuerdo alegre y confiado de la liberación, que tuvo siempre una eficacia esperanzadora en épocas difíciles. Dios conduce a su pueblo hacia la libertad plena.

Haced esto en memoria mía: Este mandamiento del Señor es verdaderamente sagrado para los seguidores de Jesús. La experiencia comunitaria vivida originalmente por los discípulos se convierte en algo posible en todos los tiempos para los cristianos. Se trata de entrar en el destino histórico de Jesús, que es la historia misma de Dios, su Reino, que acontece definitivamente en la manifestación suprema del amor. Cuando había llegado la hora, en el momento en que su misión termina, Jesús quiere demostrar su compromiso definitivo con la humanidad por medio del servicio. Hacer memoria de Jesús significa seguirle, viviendo a su estilo y buscando su causa.

Igual que yo he hecho con ustedes, hagan también ustedes. La medida de nuestro amor a los demás es la medida en que Jesús nos ha amado y esto que parece imposible, se puede hacer realidad si nos identificamos con él. Deberíamos poder decir como Pablo: No soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí (Gal 2,20).

Hoy es la fiesta de los ministros en la Iglesia. Es el día de recordar el espíritu del Señor en el servicio. El no vino para ser servido sino para servir. Una Iglesia pobre, que sirve, estará siempre cerca de los que aspiran a una liberación material y espiritual, de los que han emprendido el camino del éxodo. Sintámonos servidos por Jesús y dispongámonos a servir a quienes nos rodean. Buen inicio del Triduo Pascual.

miércoles, 23 de marzo de 2016

UNO DE USTEDES ME VA A ENTREGAR

“El Evangelio de Hoy”: Mt 26, 14-25

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué están dispuestos a darme si se lo entrego? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua? El contesto: Vayan a casa de Fulano y díganle: "El Maestro dice: mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos".
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras comían, dijo: les aseguro que uno de ustedes me va a entregar. Ellos consternados se pusieron a preguntarle uno tras otro: ¿Soy yo acaso, Señor? El respondió: El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo el Hombre se va como está escrito de él; pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del Hombre!, más le valdría no haber nacido. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: ¡Soy yo acaso, Maestro? El respondió: Así es. Palabra del Señor.

Reflexión

El Miércoles Santo nos presenta a Judas decidido a entregar a su Maestro. Estos días no son fáciles para Jesús quien ve llegar el momento de su muerte y vive grandes inquietudes, como es natural. Jesús se enfrenta al dolor y a la muerte y se dispone a obedecer la voluntad de Dios. Ante la decisión de las autoridades, Jesús va aprendiendo a obedecer a su Padre Dios, no sin sufrimientos y angustias. Parte de la obediencia que Jesús tuvo que aprender fue la de aceptar la fragilidad humana, la de asumir el conflicto y la contradicción propia de todo hombre y de toda mujer. Nosotros los seguidores de Jesús estamos llamados a crecer en nuestra manera de responder al llamado de Dios. Nuestra vocación, como la de Jesús es la de la entrega de la vida a favor de la vida. Vivir asumiendo responsablemente la defensa de la vida aunque en eso se nos vaya la vida nuestra. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

martes, 22 de marzo de 2016

UNO DE USTEDES ME VA A ENTREGAR

“El Evangelio de Hoy”: Jn 13, 21-33. 36-38

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo: Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar.
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, estaba a la mesa a su derecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le pregunto Señor: ¿quién es?
Le contestó Jesús: Aquél a quien yo le dé este trozo de pan untado. Y untando el pan se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él (Si Dios es glorificado en el, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará).
Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde. Pedro replicó: Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti. Jesús le contesto: ¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces. Palabra del Señor.

Reflexión

Martes Santo. Seguimos avanzando en nuestro ejercicio de acompañamiento de Jesús, su pasión, su muerte, para resucitar con él, celebrando la Vigilia Pascual el sábado por la noche o el Domingo de Pascua. El Evangelio de Hoy nos ayuda a cuestionarnos sobre la autenticidad de nuestro seguimiento de Jesús. ¿Qué hay en nuestra práctica cristiana que se parezca al comportamiento de los apóstoles? Es muy fácil juzgar desde el hoy de nuestras vidas, a Judas Iscariote y a Pedro. También es normal que nos emocionemos frente a las maravillas realizadas por Jesús y creamos que nada nos puede apartar de él.

Pero es la realidad cotidiana la que nos irá exigiendo un testimonio sostenido de fe y de seguimiento. Esta tarea no es fácil, pero Jesús nos ha prometido no dejarnos solos, como él no quedó solo en la Cruz y en la muerte; el Padre Dios le respondió fielmente resucitándolo. Durante nuestros días críticos, de enfermedades, de edades avanzadas, de problemas familiares, personales, económicos, afectivos… tomemos el tiempo de recordar que nunca seremos abandonados por Jesús, aunque muramos, él ya ha dado su vida por amor a nosotros. Silencio y Paz…

lunes, 21 de marzo de 2016

Lunes Santo

“El Evangelio de Hoy”: Jn 12, 1-11

Lectura del santo evangelio según san Juan:

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él en la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres? (Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando)
Entonces Jesús dijo: Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tienen con ustedes, pero a mí no siempre me tienen.
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús. Palabra del Señor.

Reflexión

Hemos entrado ayer en la Semana Santa, en la que rememoramos el amor de Dios por su pueblo hasta entregar a su Hijo por nuestra salvación. El Evangelio de hoy nos introduce en la intimidad de la casa de Betania, lugar donde viven Marta, María y Lázaro, tres amigos entrañables de Jesús. El gesto de María, que podría ser leído como signo de despilfarro y de derroche, Jesús lo lee como una premonición de lo que ha de suceder después de su muerte: ser embalsamado en la tumba.

Celebrar la muerte de Jesús es celebrar la generosidad de un Dios que derrocha amor por la humanidad. Semana Santa es celebrar el exceso del amor de Dios por los hombres y mujeres de todo tiempo, raza y nación. Sin el amor de Dios ¿qué sería de nuestra vida? Les invito a que celebremos estos días santos de forma reflexiva y agradecida. El silencio interior nos ayudará a gustar las últimas palabras de Jesús desde la Cruz.

sábado, 19 de marzo de 2016

SAN JOSE, ESPOSO DE LA VIRGEN

“El Evangelio de Hoy”: Mt 1,16.18-21.24ª

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN


Celebramos de la fiesta de San José. Es muy poco lo que se sabe acerca de él. La Biblia lo menciona en relación con la vocación de María. De su boca no sale una palabra. Lo que nos dice la tradición es que era de Belén, tierra del Rey David, vivía y trabajaba en Nazaret. Era artesano o carpintero; se ocupaba de oficios varios. Estaba comprometido con María pero, según la costumbre, todavía no vivían juntos. José aceptó la misión de ser el padre adoptivo de Jesús. Pero también en él se cumplen todas las promesas anunciadas desde antiguo. José se presenta también como un hombre justo y creyente. Justo porque busca en todo realizar la voluntad de Dios y colaborar con el plan de salvación. Y creyente porque pone su confianza en Dios para que por medio de él las promesas se hagan realidad. En José encontramos un modelo de seguimiento. La fidelidad, rectitud, solidaridad y la apertura al plan de Dios deben ser valores fundamentales para los creyentes. Aspiremos, soñemos y realicemos el plan de Dios en nuestras vidas.

viernes, 18 de marzo de 2016

AGARRARON PIEDRAS PARA APEDREAR A JESUS

“El Evangelio de Hoy”: Jn 10,31-42

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: "Les he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedrean?" Los judíos le contestaron: "No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios." Jesús les replicó: "¿No está escrito en su ley: "Yo les digo: Son dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿dicen ustedes que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean, pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que comprendan y sepan que el Padre está en mí, y yo en el Padre."
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: "Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad." Y muchos creyeron en él allí. Palabra del Señor. 

Reflexión

Hoy nos toca a nosotros descubrir las señales que nos indican la presencia de Dios en el mundo, sanando y salvando a su pueblo. Es nuestra misión, también el mostrar estas señales a través nuestra acogida a su palabra que nos reenvía a servirle a nuestros hermanos y hermanas más necesitados y necesitadas. No es una misión fácil ni espontanea, hay que decidirse a seguir a Jesús de manera consciente y abierta. Jesús se da cuenta de que sus conciudadanos viven la experiencia de fe como una realidad individual, sin compromiso histórico. Jesús mueve el piso de la gente, pero la gente siente rabia contra él. Por eso no encuentran otra salida que apedrearlo y acabar con su vida. Eso es propio de quienes se encierran en sí mismos y no  escuchan a los demás ni a Dios.

De ahí el llamado de Jesús a la conversión, al reconocimiento del amor y la fidelidad al Dios vivo. Vivir en fidelidad a Dios es colocarse en contracorriente del mundo y, muchas veces, de la propia religión. La Cuaresma, al ser un tiempo de encuentro con Dios y de revisión profunda, nos exige nuevas actitudes en el creer, en el vivir y en el compromiso por la transformación del mundo y de la propia Iglesia. No desperdiciemos esta Cuaresma, como tantas que anteriormente hemos vivido sin pena ni gloria. Dejémonos  llenar por el Espíritu para poder atravesar las tentaciones de la realidad actual sin caer en la comodidad y la idolatría de lo fácil.

jueves, 17 de marzo de 2016

JESUS ES MAS

“El Evangelio de Hoy”: Jn 8,51-59

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Se lo aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre." Los judíos le dijeron: "Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?"
Jesús contestó: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes dicen: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocen. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como ustedes, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, su padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría." Los judíos le dijeron: "No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?" Jesús les dijo: "Les aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo." Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo. Palabra del Señor.

Reflexión

Entre Jesús y las autoridades judías, de parte y parte hay argumentos sumamente interesantes que hay que leer con cuidado para entender la conclusión a la que llegó la comunidad de Juan, el cuarto evangelio. ¿Quién es Jesús? ¿Eres tú más grande que nuestro Padre Abrahán? Tú no tienes aún cincuenta años, ¿y has conocido a Abrahán? En este debate el evangelista deja claro dos realidades no negociables para la vida de un cristiano: Jesús es más grande que Abrahán y que cualquier otra tradición religiosa del mundo judío. Y Jesús es anterior a Abrahán, es decir, Jesús es el mismo Dios hecho hombre.  Ahora nos toca a nosotros sabernos situar frente a Jesús, su misión y su mensaje. ¿Es Jesús más que nosotros mismos? ¿En qué  sentido le damos importancia a su persona y a su Palabra? Buena meditación.

miércoles, 16 de marzo de 2016

CONOCERÁN LA VERDAD, Y LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES

“El Evangelio de Hoy”: Jn 8, 31-42

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si se mantienen en mi palabra, serán de verdad discípulos míos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres." Le replicaron: "Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Serán libres"?" Jesús les contestó: "Les aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo les hace libres, serán realmente libres. Ya sé que son linaje de Abrahán; sin embargo, tratan de matarme, porque no dan cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero ustedes hacen lo que le han oído a su padre." Ellos replicaron: "Nuestro padre es Abrahán." Jesús les dijo: "Si fueran hijos de Abrahán, harían lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratan de matarme a mí, que les he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Ustedes hacen lo que hace su padre." Le replicaron: "Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios." Jesús les contestó: "Si Dios fuera su padre, me amarían, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Estos días antes de la Semana Santa se arrecia el conflicto entre Jesús y los dirigentes de su tiempo. Jesús habla a sus oyentes para que escuchen la palabra y permanezcan fieles a ella. Quien así procede conocerá la verdad y la verdad será condición de libertad. Tres valores supremos que se entrelazan: fidelidad, verdad y libertad. La fidelidad consiste en reconocer que Dios es el único Señor y mantener firme esta convicción aún en las circunstancias más difíciles. La verdad evangélica es el mismo Jesús. Se trata de ser verdaderos, auténticos, diáfanos en la manera de pensar y de actuar. Y la libertad consiste es asumir con plena conciencia y responsabilidad la propuesta de Jesús y no dejarse atar ni esclavizar por ninguna clase de idolatría. Son tres valores que hoy han perdido mucha fuerza y se interpretan según las conveniencias. Sigamos avanzando en la práctica de estos valores. La búsqueda de lo fácil nos desvía de Jesús y su propuesta de salvación.

martes, 15 de marzo de 2016

... YO SOY DE ALLÁ ARRIBA ...

“El Evangelio de Hoy” Jn 8,21-30

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Yo me voy y me buscarán, y morirán por su pecado. Donde yo voy no poden venir ustedes." Y los judíos comentaban: "¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no poden venir ustedes"?" Y él continuaba: "ustedes son de aquí abajo, yo soy de allá arriba: ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón les he dicho que morirán por sus pecados: pues, si no creen que yo soy, morirán por sus pecados."
Ellos le decían: "¿Quién eres tú?" Jesús les contestó: "Ante todo, eso mismo que les estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en ustedes; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él." Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: "Cuando levanten al Hijo del hombre, sabrán que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada." Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús fue enviado a nuestro mundo a vivir una misión de salvación. Revela el amor que Dios nos tiene para que creyendo el él nos abramos a su amor. Juan gusta jugar con un estilo literario argumentativo en forma de “malos entendidos”. Jesús habla de retornar al Padre pero ellos piensan que Jesús está hablando de suicidarse. Jesús es el enviado del Padre. Se revela con el mismo nombre de Dios en el éxodo: Yo soy. Tiene plena conciencia que su misión consiste en hacer la voluntad de Dios. Y por supuesto que la voluntad de Dios es que todos los seres humanos crean, es decir, que acepten la propuesta de salvación como camino de humanización hasta alcanzar la plenitud de la vida en Cristo Jesús. La propuesta de Jesús es nueva y renovadora. El Reinado de Dios acontece en el corazón del ser humano y desde allí transforma toda la realidad. Abrir el corazón a la novedad del Reino es entrar en la dinámica de la conversión. A partir de ahí, la relación con los demás será fraterna y justa, manifestación de la presencia del Reino de Dios.

lunes, 14 de marzo de 2016

YO SOY LA LUZ DEL MUNDO

“El Evangelio de Hoy”: Jn 8,12-20

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar a los fariseos: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Le dijeron los fariseos: "Tú das testimonio de ti mismo, tu testimonio no es válido." Jesús les contestó: "Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y adónde voy; en cambio, ustedes no saben de dónde vengo ni adónde voy. Ustedes juzgan según la carne; yo no juzgo a nadie; y, si juzgo yo, mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino que estoy con el que me ha enviado, el Padre; y en su ley está escrito que el testimonio de dos es válido. Yo doy testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me envió, el Padre." Ellos le preguntaban: "¿Dónde está tu Padre?" Jesús contestó: "Ni me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre."
Jesús tuvo esta conversación junto al arca de las ofrendas, cuando enseñaba en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor.

Reflexión

Cuando nos cerramos a la alianza con Dios, caemos lejos de lo que puede hacernos dignos y realizados como personas. El pecado es señal de que caminamos en la oscuridad. Ser cristiano es vivir en la Luz, reconocer que Dios es Luz y que Jesús es la luz de Dios. La Luz siempre traerá conflicto, contradicción, problemas. Por eso, la invitación a vivir una experiencia de conversión. Cuaresma es, en definitiva, caminar preparándonos al encuentro de la luz; es caminar hacia Aquel que es la luz verdadera; luz que el sábado de gloria irradiará sobre nosotros sin ocaso, sin fin.

Jesús es la luz del mundo. Esta es la gran revelación del Evangelio. Por eso nos lo encontramos aportando soluciones a las personas. Acompañamiento, esperanza, liberación, ánimación… forman parte esencial y cotidiana en la misión de Jesús para ser y anunciar la Buena Noticia. Hoy podemos hacer una petición especial a Jesús para que nos ayude a mostrar, también hoy, los signos de nuestra fe, viviendo la fraternidad necesaria que hace posible la justicia. Lo que descubrimos de bueno en la vida del Maestro vivámoslo como ejercicio de aprendizaje y de seguimiento.  Santo día. Amén.

domingo, 13 de marzo de 2016

LLAMADOS AL PERDÓN Y A LA FRATERNIDAD

 “El Evangelio de Hoy”: Jn 8, 1-11

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?"
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: "El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra."
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.
Y quedó sólo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?" Ella contestó: "Ninguno, Señor."
Jesús dijo: "Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más."  Palabra del Señor.

REFLEXION

Vemos a Jesús rodeado de mujeres: amigas entrañables como María Magdalena o las hermanas Marta y María de Betania. Seguidoras fieles como Salomé, madre de una familia de pescadores. Jesús las mira con ojos diferentes. Les brinda una ternura desconocida hasta ese momento, defiende su dignidad, las acoge como discípulas. Nadie las había tratado así. Cuando le presentan la mujer sorprendida en adulterio, con intención de lapidar-la, reacciona de la misma manera que ha tratado siempre a las mujeres de su entorno. Traen a la mujer pero no traen al adúltero. En aquella sociedad machista y en las de hoy sucede esa misma realidad. Se condena a la mujer porque ha deshonrado a la familia y se disculpa al hombre.


Jesús es diferente, con sencillez y valentía admirables, pone verdad, justicia y compasión: el que esté sin pecado que arroje la primera piedra. Los acusadores se retiran avergonzados. Saben que ellos son los más responsables de los adulterios que se cometen en aquella sociedad. Jesús se dirige a aquella mujer humillada con ternura y respeto: Tampoco yo te condeno. Vete, sigue caminando en tu vida y, en adelante, no peques más. Jesús confía en ella, le desea lo mejor y le anima a no pecar. Pero, de sus labios no saldrá condena alguna. Es un llamado al perdón mutuo, a la solidaridad en los momentos de debilidad. Los hermanos en Jesús han de perdonarse siempre

sábado, 12 de marzo de 2016

JESÚS ES EL ENVIADO

“El Evangelio de Hoy: Jn 7,1-2.10.25-30 Lectura del santo evangelio según san Juan: En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: "¿No es éste el que intentan matar? Pues miren cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene." Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: "A mí me conocen, y conocen de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése ustedes no lo conocen; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado." Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor. Reflexión Le sucedió a Jesús lo que a muchos nos pasa hoy. Pretendemos conocer las personas, pero casi siempre sólo disponemos de algunas informaciones superficiales. No es nada fácil conocer a una persona, para eso hay que entrar en un proceso cercano de encuentro y convivencia. No es lo mismo que conocer una máquina y su composición. Jesús sufrió el acecho constante de sus detractores. Los prejuicios respecto de sus orígenes y lo que esperaban del Mesías, no les permitieron reconocer en él al Salvador, aunque dudaban. A Jesús no se le puede conocer desde fuera. Tenemos que dejarnos acompañar por él para vivir un encuentro personal que nos haga conocernos a nosotros mismos y encontrar el sentido trascendente de nuestra existencia. Vivimos demasiado inmersos en nuestra cotidianidad, nuestro universo y nuestras preocupaciones primarias no siempre están en comunión vital con el Evangelio y el Reino que él anuncia e inaugura. Así que sigamos avanzando en el conocimiento de Jesús, para ello dejémonos ayudar por su Espíritu Santo hasta que nos haga conocer a Dios como Padre bueno y vivamos una experiencia profunda del amor que Dios nos tiene.

viernes, 11 de marzo de 2016

ABIERTOS AL ESPÍRITU

“El Evangelio de Hoy”: Jn 7,40-53

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: "Éste es de verdad el profeta." Otros decían: "Éste es el Mesías." Pero otros decían: "¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?" Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: "¿Por qué no lo han traído?" Los guardias respondieron: "Jamás ha hablado nadie como ese hombre." Los fariseos les replicaron: "¿También ustedes se han dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos." Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?" Ellos le replicaron: "¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas." Y se volvieron cada uno a su casa. Palabra del Señor.

Reflexión.

Ya meditábamos ayer sobre el hecho de que no todos ni todas aprobaron a Jesús en su momento, pero hay que decir también, que tampoco todos lo condenaron. La gente tenía una manera particular de ver el mundo; se habían habituado a ver la historia desde unas lógicas propias y desde unos esquemas ya preestablecidos. Podríamos decir que uno de los fenómenos humanos más increíbles es el de la costumbre. Acostumbrarse a pensar de cierta manera y a ver el mundo de una manera particular, creyendo que es la única válida, es una actitud común a lo largo de la historia. Esto muchas veces nos cierra a la diferencia, nos vuelve enemigos de lo novedoso, hace que perdamos la posibilidad de vivir aprendiendo.

La actitud de aquella gente era propia de los que se sienten ya terminados en su proceso, los que creen que Dios no tiene ya nada más que decirles. Jesús, con su propuesta liberadora, sigue tocando nuestra vida, nuestro corazón, nuestra historia. Hoy estamos llamados a acogerlo, a recibirlo en nuestra vida, y a estar abiertos a la novedad de cada tiempo y de cada lugar. Hoy podemos aprender, escuchar a Dios. Hoy Dios nos sigue hablando y llamando a crecer en humanidad y dignidad, no nos cerremos a lo ya conocido. Dejémonos enriquecer por el Espíritu.