EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 27 de marzo de 2016

NO HABÍAN CREÍDO EN LAS ESCRITURAS

“El Evangelio de Hoy”: Jn 20, 1-9

Lectura del santo evangelio según san Juan:

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería Jesús, y le dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto."
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no había entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.

Reflexión

La resurrección de Jesús es una gran Noticia. Confirmamos que Dios se complace en la vida. Ya Jesús había dicho que su misión era la de proporcionarnos vida en abundancia. Hoy sabemos que quienes viven como Jesús, siguiendo su ejemplo no mueren pues él es la resurrección y la vida. La muerte no tiene ningún poder sobre él. Está vivo. Ha resucitado y no podemos más que confesarlo y "seguirlo", "persiguiendo su Causa", obedeciendo a Dios,

Creer en la resurrección es afirmar que su enseñanza y su práctica tienen validez eterna y suprema, es necesario, siguiendo a Jesús, luchar a favor de la vida. Creer en la resurrección de Jesús es creer que su palabra, su proyecto y el Reino que anuncia,  expresan el valor fundamental de nuestra vida. Es poder tratar a los que nos rodean con cariño y delicadeza pues son nuestros hermanos y hermanas.

Me parece que nos falta la autenticidad de la fe para poder dejar que el Espíritu del resucitado realmente nos sostenga y anime. Lo importante no es solamente creer en Jesús, sino creer como Él. No es tener fe en Jesús, sino tener la fe de Jesús: su actitud ante la historia, su opción por los pobres, su propuesta, su lucha decidida, su confianza y esperanza hasta el último momento. Que Jesús resucitado nos regale su fuerza renovadora para afrontar nuestra vida con espíritu decidido y combatiente.  Feliz pascua de resurrección.

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