EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 31 de marzo de 2014

EL HOMBRE CREYÓ

 “El Evangelio de Hoy”: Jn 4,43-54

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: "Un profeta no es estimado en su propia patria." Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: "Como no vean signos y prodigios, no creen." El funcionario insiste: "Señor, baja antes de que se muera mi niño." Jesús le contesta: "Anda, tu hijo está curado." El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: "Hoy a la una lo dejó la fiebre." El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: "Tu hijo está curado." Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús no queda indiferente frente a la insistencia del funcionario de Cafarnaún que le ruega ir a curar a su hijo gravemente enfermo. El amor y la sensibilidad de Jesús le mueven a la compasión y a la misericordia. Jesús vivió el contraste del rechazo de los suyos en Nazaret y la acogida de los galileos que viendo los signos que realiza a favor de los necesitados y creen en él. Este funcionario era rechazado y despreciado por no ser de los privilegiados de Israel. La fe y la apertura que Jesús hubiera deseado encontrar entre los suyos y no encontró, la encuentra entre galileos y paganos. Queda en evidencia que la salvación de Dios no tiene raza ni religión. Donde hay un hombre o una mujer en busca de la vida, ahí sucede el milagro. Las luchas por la vida amenazada fructifica si se confía en la palabra del Señor: “Anda, tu hijo está curado”. El funcionario creyó en la palabra de Jesús y regresó a su casa contento y lleno de alegría y dispuesto a celebrar la vida de su hijo y de toda su familia. Nosotros leemos o escuchamos la palabra de Dios casi todos los días o por lo menos todos los domingos ¿Creemos en la palabra de Dios de los evangelios?

domingo, 30 de marzo de 2014

PARA EXCLUIDOS

“El Evangelio de Hoy”: Juan 9,1-41

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: "Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado." Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: "¿No es ése el que se sentaba a pedir?" Unos decían: "El mismo." Otros decían: "No es él, pero se le parece." Él respondía: "Soy yo."
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: "Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo." Algunos de los fariseos comentaban: "Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado." Otros replicaban: ¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?" Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: "Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?" Él contestó: "Que es un profeta."
Le replicaron: "Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?" Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: "¿Crees tú en el Hijo del hombre?" Él contestó: "¿Y quién es, Señor, para que crea en él?" Jesús les dijo: "Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es." Él dijo: "Creo, señor." Y se postró ante él. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN Invitada: “PARA EXCLUÍDOS” José Antonio Pagola.
Es ciego de nacimiento pero su destino quedará marcado para siempre. La gente lo mira como un pecador castigado por Dios. Jesús lo mira de manera diferente. Desde que lo ha visto, solo piensa en rescatarlo de aquella vida desgraciada de mendigo, despreciado por todos como pecador. Él se siente llamado por Dios a defender, acoger y curar precisamente a los que viven excluidos y humillados.

Después de una curación trabajosa en la que también él ha tenido que colaborar con Jesús, el ciego descubre por vez primera la luz. El encuentro con Jesús ha cambiado su vida. El antes ciego cree que por fin podrá disfrutar de una vida digna, sin temor a avergonzarse ante nadie.

Pero se equivoca. Los dirigentes religiosos se sienten obligados a controlar la pureza de la religión. Ellos saben quién no es pecador y quién está en pecado. Ellos decidirán si puede ser aceptado en la comunidad religiosa. El mendigo curado confiesa abiertamente que ha sido Jesús quien se le ha acercado y lo ha curado, pero los fariseos lo rechazan irritados: “Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador”. El hombre insiste en defender a Jesús: es un profeta, viene de Dios. Los fariseos no lo pueden aguantar: “Empecatado naciste de pies a cabeza y, ¿tú nos vas a dar lecciones a nosotros?”.

El evangelista dice que, “cuando Jesús oyó que lo habían expulsado, fue a encontrarse con él”. El diálogo es breve. Cuando Jesús le pregunta si cree en el Mesías, el expulsado dice: “Y, ¿quién es, Señor, para que crea en él?”. Jesús le responde conmovido: No está lejos de ti. “Lo estás viendo; el que te está hablando, ese es”. El mendigo le dice: “Creo, Señor”.

Así es Jesús. Él viene siempre al encuentro de aquellos que no son acogidos oficialmente por la religión. No abandona a quienes lo buscan y lo aman aunque sean excluidos de las comunidades e instituciones religiosas. Los que no tienen sitio en nuestras iglesias tienen un lugar privilegiado en su corazón.

¿Quién llevará hoy este mensaje de Jesús hasta esos colectivos que, en cualquier momento, escuchan condenas públicas injustas de dirigentes religiosos ciegos; que se acercan a las celebraciones cristianas con temor a ser reconocidos; que no pueden comulgar con paz en nuestras eucaristías; que se ven obligados a vivir su fe en Jesús en el silencio de su corazón, casi de manera secreta y clandestina? Amigos y amigas desconocidos, no lo olvidéis: cuando los cristianos los rechazamos, Jesús les está acogiendo.

sábado, 29 de marzo de 2014

JAMÁS DESPRECIAR

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 18,9-14

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: "Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo." El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador." Les digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Solo el evangelio de San Lucas contiene este texto que nos presenta el fariseísmo como una tentación permanente de los cristianos y cristianas. La condición de creyente no debe llevarnos a la soberbia, al orgullo o al desprecio de nadie, todo lo contrario, si nos sabemos beneficiados de la gracia de Dios tenderemos a poner estos dones al servicio de nuestros semejantes. Será un error sentirnos justificados o salvados a causa de nuestras prácticas religiosas, por el cumplimiento formal de las exigencias de nuestras religiones. Eso es fariseísmo y su característica más conocida es la de hablar de una manera y actuar de otra. Esta característica está presente en la mayoría de nosotros los cristianos. Lo que Dios quiere y nos pide es una actitud humilde y servidora, que no tema reconocerse pecadora y que viva como una gracia el amor y el perdón de Dios. El desprecio de los otros nos aleja de Dios. No hay propietarios privados de la verdad ni de la moral. Vivamos nuestra fe cristiana con modestia, aprendamos de las otras personas y comprometámonos con los más necesitados. Buen fin de semana enraizados en la palabra de Dios.

viernes, 28 de marzo de 2014

DEL CONOCIMIENTO A LA PRÁCTICA

“El Evangelio de Hoy”: Marcos 12,28b-34 Lectura del santo evangelio según san Marcos: En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús: "El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos." El escriba replicó: "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del reino de Dios." Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor. Reflexión No hay un mandamiento principal, son dos: amor a Dios y al prójimo. El amor a Dios y al prójimo es inseparable, tiene una fuente común, pues “Dios es el único Señor”. Nuestra fe fundamentada en la Palabra de Dios es el reconocimiento de Dios como el absoluto de nuestras vidas, a él sólo debemos amar con todo el corazón. La pregunta sobre “el primero de todos los mandamientos”, nos interroga sobre el centro de nuestra vida. Como mandamiento obliga a todos, a todas, y apunta a dos estilos de relaciones. Son dos caras de una misma moneda que tienen como denominador común el amor, expresado a Dios “con el compromiso de toda nuestra vida”: corazón, alma, mente, ser, al prójimo “como a uno mismo”, es decir, como si yo fuera el destinatario de ese amor. Pretender vivir uno de estos mandamientos sin vivir el otro es falsear los dos. Amar a Dios es hacer que sean importantes para nosotros quienes son importantes para Él. Amar los otros como si fueran de nuestras propias familias. Este doble mandamiento más importante parece fácil de digerir pero sabemos que tanto para los escribas del tiempo de Jesús como para nosotros hoy, es fácil hablar correctamente de Jesús, pero lo difícil es la práctica cotidiana de este amor.

jueves, 27 de marzo de 2014

COMBATIENDO LOS MALES

 “El Evangelio de Hoy”: Lucas 11,14-23

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: "Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios."
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, sus hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús combate el mal y lucha a favor del bien y de la salvación, con las armas del amor, con el dedo de Dios. Hemos llegado a un momento tal de crítica sospecha que hasta el bien lo vemos como mal. Esta desconfianza nos impide ver los acontecimientos positivos que Dios puede estar realizando, a través de personas concretas, a favor de nuestras comunidades. Es deseable una conciencia crítica que nos ayude a valorar las cosas y los hechos en su justa dimensión pero tenemos que ser positivos y saber reconocer lo que está bien e incluso, ponernos a trabajar por el bien nuestro y el de nuestros hermanos. “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Los prejuicios, de cualquier tipo, nos inhabilitan para ver y reconocer las acciones salvadoras de Dios en la vida de las personas,  en la propia y en la historia. Somos invitados, bajo toda nuestra libertad, a reconocer lo que Dios ha hecho en nosotros, darle gracias por su presencia en nuestras vidas y asociarnos a él en la lucha por el bien, la fraternidad, la justicia, la solidaridad, la paz y la seguridad que tanto deseamos.

martes, 25 de marzo de 2014

ALÉGRATE

“El Evangelio de Hoy”: Lc 1,26-38

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Celebramos hoy la fiesta de la Anunciación del Señor. Nueve meses antes de la fiesta de la Navidad, la Iglesia sitúa esta anunciación para hacer posible el proceso de gestación humana antes del nacimiento. Los anuncios de parte de Dios son Buena Noticia para la humanidad. Si nos fijamos bien, Dios nunca anuncia el castigo o la muerte, él y sus mensajeros anuncian el bien, la vida, el cumplimiento de su promesa de salvación. Lo contrario viene si nos hacemos sordos y ciegos frente a su anuncio. El anuncio de Dios es para la alegría, para la realización humana, por eso el ángel comienza su anuncio diciendo “alégrate” María. El gozo es una nota propia del cumplimiento de la promesa de Dios. La presencia de Dios alegra y produce vida y esperanza.


La fe es el don que inaugura el diálogo; el Señor confía en María y esto, a su vez, hace que María ponga su confianza en Él. No hay por qué temer, la aceptación por parte de María es una respuesta de fe al llamado que Dios le hace a colaborar con misión salvadora de Dios. La fe de María y su generosa respuesta a la llamada de Dios la capacita para servirle a la humanidad entera. Su diálogo con el Ángel nos habla de la libertad de la persona humana frente a Dios y a los demás. Los humanos no nos limitamos a escuchar y ejecutar, también nos cuestionamos y tratamos de encontrarle un sentido a las situaciones que nos llegan en la vida. ¿Qué nos pide Dios a nosotros hoy? ¿Cuál puede ser nuestro aporte a favor de la salvación? No nos guardemos para nosotros mismos, abramos nuestro ser a nuestro Padre para que con su fuerza haga posible la vida y la alegría en medio de nuestras debilidades. 

lunes, 24 de marzo de 2014

JESÚS SE ABRE PASO, ¿Y NOSOTROS?

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 4,24-30

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, dijo Jesús al pueblo en la sinagoga de Nazaret: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio."
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de Hoy es la continuación del texto en el que Jesús nos anuncia su misión Lc 4,16-20. Jesús es el cumplimiento de la promesa hecha por Dios de venir a salvar, liberar y evangelizar a los pobres y oprimidos. Pero sus compatriotas de Nazaret no pueden creerlo, ellos pretenden conocer a Jesús, el carpintero hijo de José. Eso les impide ver más allá de las apariencias. Ningún profeta es bien recibido en su patria. Prevalecen los prejuicios y las tradiciones que paralizan el avance de los pueblos. Cuando nos organizamos en instituciones fuertes y bien delimitadas se nos olvida la dinámica de renovación de la vida, caemos en la rutina y fosilizamos hasta nuestra fe, siendo incapaces de escuchar la voz de Dios siempre nueva y renovadora.

Entonces viene la Buena Noticia: A Dios nadie lo detiene. Si las instituciones religiosas pierden su capacidad de animar la fe de las personas, Dios se sirve de otras vías para revelar su amor y su presencia en medio de su pueblo. La viuda de Sarepta y Naaman el sirio representan las otras culturas, los no pertenecientes a la normalidad ni a la oficialidad de lo religioso. A través de estos despreciados Dios muestra su cercanía, su salvación. Los vecinos de Jesús en Nazaret se enfurecen, ¿cómo es posible que Dios se valga de extranjeros, de paganos, de impuros? Imposible, entonces buscan matar a Jesús.

No podemos pretender apropiarnos de Dios ni ponerlo a nuestro servicio personal como si fuera un esclavo. Eso nos empobrece espiritualmente. Sigamos abriéndonos caminos en la vivencia de nuestra misión siguiendo los pasos de Jesús. Lo que nos pone en sintonía y hace que nos parezcamos a Dios es el amor, el servicio, la presencia en la vida de los demás. Un día como hoy, hace 34 años mataron a Monseñor Romeros en El Salvador. Él encontró el camino de la conversión al final de su vida y se entregó totalmente al servicio de los más necesitados de su Arquidiócesis. Por eso lo martirizaron.

domingo, 23 de marzo de 2014

PARA JESÚS, CUÁL ES LA VERDADERA RELIGIÓN

 “El Evangelio de Hoy”: Jn 4,5-42

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: "Dame de beber." Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?" Porque los judíos no se tratan con los samaritanos. Jesús le contestó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva." La mujer le dice: "Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?" Jesús le contestó: "El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna." La mujer le dice: "Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla."
Veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén." Jesús le dice: "Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad." La mujer le dice: "Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo." Jesús le dice: "Soy yo, el que habla contigo."
En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: "Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús entabla un profundo diálogo con esta samaritana sobre sus prácticas religiosas y la legitimidad de una y de la otra. La mujer le plantea los conflictos que enfrentan a judíos y samaritanos.  Los judíos peregrinan a Jerusalén para adorar a Dios. Los samaritanos suben al monte Garizim cuya cumbre se divisa desde el pozo de Jacob. ¿Quiénes están en lo correcto? ¿Qué piensa Jesús sobre la verdadera religión? Para Jesús el verdadero culto no depende de un lugar determinado, por muy venerable que pueda ser. El Padre del cielo no está atado a ningún lugar, no es propiedad de ninguna religión. No pertenece a ningún pueblo concreto. Desde cualquier lugar podemos elevar nuestro corazón hacia Dios.

Jesús no habla a la samaritana de «adorar a Dios». Su lenguaje es nuevo. Hasta por tres veces le habla de «adorar al Padre». Por eso, no es necesario subir a una montaña para acercarnos un poco a un Dios lejano, desentendido de nuestros problemas, indiferente a nuestros sufrimientos. El verdadero culto empieza por reconocer a Dios como Padre querido que nos acompaña de cerca a lo largo de nuestra vida. El Padre está buscando «verdaderos adoradores». Lo que desea es corazones sencillos que le adoren «en espíritu y en verdad».

«Adorar al Padre en espíritu» es seguir los pasos de Jesús y dejarnos conducir como él por el Espíritu del Padre que lo envía siempre hacia los últimos. Aprender a ser compasivos como es el Padre. Lo dice Jesús de manera clara: «Dios es espíritu, y quienes le adoran deben hacerlo en espíritu». Dios es amor, perdón, ternura, aliento vivificador…, y quienes lo adoran deben parecerse a él. «Adorar al Padre en verdad» es vivir en la verdad. Volver una y otra vez a la verdad del Evangelio. Ser fieles a la verdad de Jesús sin encerrarnos en nuestras propias mentiras. Enraizar nuestra vida en la palabra de Dios, en lo que Jesús nos enseña en los evangelios.

sábado, 22 de marzo de 2014

ALEGRÍA Y FIESTA

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 15,1-3.11-32

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: "Ése acoge a los pecadores y come con ellos." Jesús les dijo esta parábola: "Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de saciarse de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros."
Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus criados: "Saquen en seguida el mejor traje y vístanlo; pónganle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traigan el ternero cebado y mátenlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado." El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

¿Quién y cómo es Dios para nosotros? ¿Qué provoca Dios en nuestra vida? Estas preguntas podrían encontrar respuestas fáciles y aprendidas de nuestras culturas y tradiciones religiosas. Jesús es la muestra de Dios, viéndole u oyéndole hablar de este padre tierno, amoroso y misericordioso en relación con sus hijos, podemos hacernos un retrato de Dios. Según este texto Dios es motivo y promotor de vida, alegría y fiesta. ¿Por qué tanta gente aún en pleno siglo XXI tiene miedo de Dios y no quieren saber ni hablar de él? Hemos producido o hemos sido testigos de tanta violencia, odios, venganzas y demás acciones y actitudes egoístas que cuando Jesús nos habla de Dios como Bondad y misericordia infinitas, ni le creemos, nos suena agradable la posibilidad, pero nuestra mezquindad nos impide escuchar a Jesús con el corazón.

Dios nuestro Padre, el centro de esta parábola, se llena de alegría porque, “Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado”… Ese es el corazón de Dios, esa es su gloria, la vida y la alegría de sus hijos e hijas: que no quede destruido, que no siga muerto, que no viva perdido sin conocer la alegría de la vida. Corre a abrazar a quienes vuelven a él, sin hacer caso a discursos y confesiones, el Padre quiere ahorrarle más humillaciones. No le impone castigo alguno, no le exige ningún rito de penitencia; no le pone condición alguna para acogerlo en casa. El padre solo piensa en la dignidad de su hijo. El hijo ha de conocer junto a su padre la vida digna y dichosa que no ha podido disfrutar lejos de él, aún creyendo que elegía libremente lo mejor. Esta parábola hay que escucharla con el corazón para que pueda producir alegría y agradecimiento al saber que en el misterio último de la vida hay Alguien que nos acoge y nos perdona porque solo quiere nuestra alegría. Hay mucha alegría cuando una persona se convierte aceptando el amor y la amistad gratuita de Dios. Buena Noticia. Buen fin de semana.

viernes, 21 de marzo de 2014

LA JUSTICIA Y EL DERECHO, LOS FRUTOS ESPERADOS

“El Evangelio de Hoy”: Mt 21,33-43.45-46

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"
Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos." Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El Evangelio de Hoy alude al rechazo de los dirigentes de Israel a la predicación de Jesús. ¿Qué papel jugamos nosotros en el establecimiento de la justicia y el derecho? Establecer la justicia y el derecho es una de las grandes exigencias de Dios en el Antiguo Testamento. Pero esa viña plantada por Dios no dio los frutos deseados: la justicia y el derecho para todos y todas. Al contrario, se mata al justo y se convive con la corrupción y el libertinaje. La comunidad cristiana esta llamada a vivir y promover los valores de la justicia y la paz. Si no fuera fiel a esta misión profética, como parece no estarlo siendo, estaría bajo la advertencia de Jesús: “A ustedes les quitarán el Reino de Dios y se lo darán a un pueblo que produzca sus frutos”. Se nos invita a valorar la oferta de Dios. Él nos ofrece gratuitamente su Reino, su amor, su perdón. Hagamos lo mismo con la gente que nos rodea: ofrezcámosle vida, fraternidad y justicia. 

jueves, 20 de marzo de 2014

LAZARO, MI DIOS ES AYUDA

“El Evangelio de Hoy”: Lc 16,19-31 Lectura del santo evangelio según san Lucas: En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas y Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto." Palabra del Señor. De repente este texto del Evangelio de hoy puede parecernos muy trágico. Si nos fijamos bien descubriremos que el rico no tiene nombre, es simplemente el rico. No tiene identidad. No es nadie. Su vida está vacía de compasión es un fracaso. No se puede vivir sólo para “darse vida” banqueteando. Es indiferente frente al necesitado que está tirado en la entrada de su casa hambriento y enfermo, socialmente miserable, pero con un nombre lleno de esperanza. Se llama «Lázaro» «Eliezer»,que significa «Mi Dios es ayuda».¿Cuál es el pecado o la falta del rico? Simplemente, ha disfrutado de su vida ignorando al pobre. Lo tenía allí mismo, pero no lo ha visto. Estaba en el portal de su mansión, pero no se ha acercado a él. Su pecado es la indiferencia. Según los sociólogos y los demás estudiosos de las relaciones humanas, está creciendo en nuestra sociedad la apatía o falta de sensibilidad ante el sufrimiento ajeno. Evitamos de mil formas el contacto directo con las personas que sufren. Poco a poco, nos vamos haciendo cada vez más insensibles. El encuentro con un amigo, enfermo terminal, nos turba. No sabemos qué hacer ni qué decir. Es mejor tomar distancia. Volver cuanto antes a nuestras ocupaciones. Huir del sin dejarnos afectar.No anestesiemos nuestro corazón frente al sufrimiento y las necesidades de los demás. No reduzcamos el hambre y la miseria a datos estadísticos, no nos conformemos con mirar las pantallas de nuestro televisor. No demos rodeos ante los apaleados. La persona que sigue a Jesús y su propuesta se va haciendo más sensible al sufrimiento de quienes encuentra en su camino. Se acerca al necesitado y, si está en sus manos, trata de aliviar su situación. No se trata de volvernos locos sino de ser hermanos y hermanas en todo momento.

miércoles, 19 de marzo de 2014

SOÑAR Y REALIZAR COMO JOSÉ

 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 1,16.18-21.24a

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados." Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

¿Cuál es el contenido de nuestros sueños? Ojalá todos y todas soñáramos como San José. Sus sueños se realizan para el bien de toda la humanidad. José es un soñador que ve cumplidos sus sueños por la confianza que manifiesta en su Dios, y por la disponibilidad a su palabra, aunque ni su justicia ni su capacidad de soñar le eximieron de las exigencias de la fe. José nos enseña a ser realistas esperanzados. Los sueños de José no son desencarnados de la realidad humana sino, llenos de discernimiento y de opciones a favor de la vida. Su fe y su confianza en la palabra de Dios hacen posible las promesas hechas en el Antiguo Testamento a Abraham y a David. Dichas promesas se cumplirán por su disponibilidad generosa y oblativa. ¿Qué es lo que la fe nos está impulsando a soñar hoy para nuestra sociedad?

martes, 18 de marzo de 2014

EL PRIMERO SERÁ EL SERVIDOR

“El Evangelio de Hoy”: Mt 23,1-12

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: hagan y cumplan lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.
Ustedes, en cambio, no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su maestro, y todos ustedes son hermanos. Y no llamen padre suyo a nadie en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. No se dejen llamar consejeros, porque uno solo es su consejero, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

“El Evangelio de Hoy” nos trae una gran exhortación de Jesús: “El mayor entre ustedes será su servidor”.  Maestro, Padre y Consejero, solo Dios el del cielo. Este texto de San Mateo nos trae una dura polémica con los fariseos. Jesús nos previene, a quienes nos interesamos en escuchar su palabra y a todos sus discípulos de ayer y de hoy, de no tomar como modelo a los dirigentes religiosos judíos “porque dicen y no hacen. Es un cuestionamiento radical se su afán por figurar siempre en primera línea, tras consideraciones y privilegios sociales. A quien se le concede una función o una responsabilidad en la comunidad cristiana, ha de hacerlo con humildad, no considerándose el centro o la referencia absoluta para los demás, sino el que con su palabra, con sus actitudes y comportamiento coherente, recuerda quién es el único Maestro, el único Padre. “El mayor entre ustedes será su servidor”, sintetiza Jesús. Fijémonos bien que no se rechaza la función específica de dirección, ni siquiera se insinúa que esté mal ser el mayor. Lo que propone Jesús como novedad inspirada en su propio ejemplo es que ese mismo sea el primero en el servicio. ¿De donde vinieron y se quedaron los títulos y los privilegios en La Iglesia? “Todos ustedes son hermanos”.

lunes, 17 de marzo de 2014

COMPASIVOS Y MISERICORDIOSOS COMO NUESTRO DIOS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 6,36-38 Lectura del santo evangelio según san Lucas: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Sean compasivos como su Padre es compasivo; no juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados; den, y se les dará: les verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que usen, la usarán con ustedes." Palabra del Señor Reflexión Siguiendo a Jesús, creemos que nuestro Dios es un padre bueno capaz de acompañar a su pueblo en todos los momentos de su historia, que escucha el clamor y se acerca para vivir la compasión y la misericordia, con un gran amor por todos y todas. EN el Evangelio de Hoy Jesús nos pide “sentir con las entrañas” el dolor y la miseria del otro, como él y el Padre, que ven la miseria humana y se conmueven “hasta las entrañas”. Mirando nuestros propios problemas y sufrimientos será más fácil sentir por lo que están pasando nuestros semejantes e intentar ayudarles a atravesar sus momentos más difíciles. Se trata de facilitar las condiciones que hagan la vida más humana a partir de la manera de ser de Dios Padre: “Sean compasivos como su Padre es compasivo”. Vivir esta enseñanza aumenta nuestra esperanza en un futuro de paz y de vida abundante. No es que ganemos la salvación auxiliando a los otros, es que así estaremos viviéndola desde ya dentro de nuestras limitaciones.

domingo, 16 de marzo de 2014

LA TRASFIGURACIÓN

“El Evangelio de Hoy”: Mt 17,1-9

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro,a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo." Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: "Levantaos, no temáis."
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

A Jesús se le está llegando la hora, lo van a matar pero su muerte no pondrá fin a su misión, su muerte tenemos que leerla a la luz de su resurrección. La luminosidad de la transfiguración de Jesús nos adelanta la iluminación pascual. Este adelanto de la pascua no es para quedarse en él, para resucitar primero hay que pasar por la muerte. Pedro manifiesta interés de permanecer en el lugar de la transfiguración, se siente muy bien ahí. Pero Jesús lo que procura es un impulso en sus discípulos, que su proceso y condena no le haga perder la fe para siempre, sino que sepan que es solo un paso más en el camino hacia el Reino de Dios.

Jesús es el hijo amado del Padre a quien debemos escuchar y obedecer si queremos avanzar. Su palabra nos orientará para afrontar todos los momentos de nuestra vida. En Jesús nosotros también somos hijos amados de Dios. Dios no nos abandona nunca por eso Jesús dice a sus discípulos, “Levántense, no tengan miedo”. El Evangelio de Hoy nos invita a tener confianza en Jesús, a escuchar su palabra y a vivir nuestra historia seguros de Que Dios nos ama y acompaña.

sábado, 15 de marzo de 2014

AMAR A TODOS Y A TODAS

 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 5,43-48

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, y recen por los que les persiguen. Así serán hijos de su Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si aman a los que los aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como su Padre celestial es perfecto." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Una vez más somos retados a ir más allá de lo que las normas nos obligan. Para Jesús, el amor al enemigo es vinculante para todos sus discípulos y discípulas, y no puede haber ninguna ley, ni religiosa ni de otra naturaleza, que les obligue a renunciar a ello. El amor al enemigo nos hace semejantes al Padre del cielo, que “hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos”. No podemos excusarnos diciendo que eso es Dios que tiene ese poder misericordioso incondicional, pues él mismo nos ha creado con esa capacidad, a su imagen y semejanza. Tenemos que buscar la manera de no dejarnos influenciar por las actitudes de odio y venganza que afectan nuestra sociedad. Pidámosle las fuerzas necesarias a Jesús para aceptar su invitación a asumir la aventura del amor por encima de todo. La Cuaresma es un momento importante de combate espiritual, dejémonos instruir por la Palabra de Dios.  

viernes, 14 de marzo de 2014

DIOS NOS MEJORA CADA DÍA

“El Evangelio de Hoy”: Mt 5,20-26.

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto." Palabra del Señor.

REFLEIÓN

Dios siempre puede hacer algo para salvarnos, para él nadie está definitivamente perdido. Su gloria es la vida de sus creaturas pero somos llamados a optar libre y conscientemente por la salvación que Dios nos ofrece. No hay nada garantizado en la maldad del malvado o en la bondad del justo. La suerte de uno u otro, puede cambiar. Jesús nos invita a esforzarnos por superar las formalidades religiosas y a integrarnos en la construcción de su Reino: “Si no son mejores que los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos”. La puesta en práctica de los valores de ese Reino, pone en entredicho muchas creencias y prácticas religiosas que atentan contra ellos. El evangelio de Hoy reclama una mayor coherencia de nuestra parte: “Por tanto…vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar su ofrenda”. La fraternidad que nace de sabernos todos y todas hijos e hijas del mismo Padre Bueno y misericordioso. La conversión y la religiosidad pasan por el amor y el servicio hacia nuestro prójimo.

jueves, 13 de marzo de 2014

DILIGENCIA CONFIADA

“El Evangelio de Hoy”: Mt 7,7-12 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de ustedes le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Traten a los demás como quieren que ellos los traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Palabra del Señor. REFLEXIÓN ¿Cuáles son nuestras necesidades reales? ¿Qué nos preocupa y nos ocupa en este tiempo? ¿Cómo estamos gestionando nuestra vida? A partir de nuestra fe y nuestra esperanza estamos llamados a crecer, a desarrollar nuestra capacidad espiritual para vivir los diferentes momentos y circunstancias de nuestra existencia. Lo esencial es movernos "Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Esta es la dinámica fundamental de la vida. Es un proceso, no podemos quedarnos tranquilos esperando que otros accionen por nosotros. Las experiencias ya vividas nos ayudan a continuar añadiendo pasos a nuestra historia personal y comunitaria. Sabemos que existen riesgos en todas las maniobras que podamos realizar, pero debemos confiar en la bondad de Dios Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!) Si nos abruman las experiencias negativas, las frustraciones del pasado, recordemos que eso no es lo normal. Lo normal es responder positivamente a las demandas de los demás: una madre, un padre, un amigo o una amiga, da cosas buenas. Dios permanece siempre con nosotros y sigue siendo fiel. Una manera de crecer en la confianza hacia Dios es la práctica que nos pide el Evangelio de Hoy “tratar a los demás como queremos que ellos nos traten”. También podemos ayudar de manera consciente a nuestros hermanos y hermanas a crecer en su fe, siendo capaces de ser respuestas a sus necesidades, a sus búsquedas y a sus llamadas. Seguro que si analizamos nuestra historia encontraremos que ha sido mucho lo que hemos recibido, ha sido mucho lo encontrado y muchas las puertas que se nos han abierto. Demos gracias a Dios por su bondad y pidámosle que nos permita seguir avanzando en nuestra fe.  

miércoles, 12 de marzo de 2014

JESÚS ES LA SEÑAL DEL AMOR DE DIOS

 “El Evangelio de Hoy”: Lucas 11,29-32

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: "Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

 Jesús es la gran y definitiva señal que Dios nos da como llamado al cambio positivo de vida para alcanzar salvación. Él es más que Salomón y que Jonás. Salomón a quien la Biblia le asigna una sabiduría tan famosa que la reina del Sur realizó un viaje inmenso para venir a escucharle hablar, pero que, no fue capaz de mantenerse fiel a su tradición religiosa y que prefirió alimentar la idolatría y la corrupción. Jesús es más que Jonás quien apenas cumplió, de mala gana, con una parte de su misión anunciando la destrucción inminente de Nínive sin anunciar lo que hacía falta para impedirlo.

Si la sabiduría de Salomón y la predicación de Jonás bastaron para movilizar los corazones de sus épocas, la presencia de Jesús debe movernos a realizar los ajustes necesarios para acoger el amor y la misericordia de Dios. Jesús se mantiene fiel a su misión, actuando a favor de los necesitados. El mismo, su vida coherente, en consecuente fidelidad a la voluntad del Padre y a la humanidad entera, es la gran señal por la que Dios nos sigue llamando a su salvación. Jesús nos muestra el amor de Dios en su propia vida. Nuestra conversión ha de ser al amor y solo lograremos la suficiente confianza en Dios como para convertirnos a él, si reconocemos que él nos ama sin medidas, sin límites y sin condición. Entonces comenzaremos a amar a nuestros hermanos y hermanas como muestra de conversión. Esa será ya nuestra alegría.

martes, 11 de marzo de 2014

NUESTRA FE, NUESTRA ORACIÓN

 “El Evangelio de Hoy”: Mt 6,7-15

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando recen, no usen muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No sean como ellos, pues su Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidan. Ustedes recen así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonan a los demás sus culpas, también su Padre del cielo los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre perdonará sus culpas." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Al creernos más listos que los demás abundamos en palabras intentando persuadir en una carrera absurda en busca de sobresalir y llamar a la atención. Jesús nos aconseja que al dirigirnos a Dios nos ahorremos las palabrerías vacías y repetitivas y le llamemos Padre. Lo que Jesús nos aconseja es que nuestra oración, nuestro diálogo con Dios sea una confesión de nuestra fe en él. Que utilicemos palabras sencillas, espontáneas y confiadas, porque “nuestro Padre sabe lo que nos hace falta antes de que lo pidamos”. Nuestra oración debe estar orientada a hacer su voluntad “aquí en la tierra, como en el cielo”. Y su voluntad es que a nadie falte su pan cotidiano, y que hombres y mujeres aprendamos a vivir en el perdón y en la reconciliación. El pan para todos y el perdón, son condición de autenticidad en la vida cristiana. Si creemos esto ya nos estaremos alejando de las tentación de convertir a Dios en nuestro esclavo para que satisfaga nuestras curiosidades y antojos y lo estaremos adorando en espíritu y verdad. No nos olvidemos de hacer algo concreto cada día a favor de alguien necesitado.