EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 28 de febrero de 2021

TRANSFIGURACIÓN


 

“El Evangelio de Hoy”: Mc 9, 2-10

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos

 

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús :  - « Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Ellas.» Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: - «Éste es mi Hijo amado; escúchenlo.» De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: - «No cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.» Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos». Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

En la vida necesitamos un «fundamento sólido» para tener consistencia, pero el ser humano no puede sustentarse a sí mismo. Necesitamos confiar en «algo» fuera de nosotros mismos. Vivimos buscando en qué apoyarnos. La sociedad pluralista de la que formamos parte nos vive ofreciendo soportes y fundamentos: bienestar, prestigio social, calidad de vida, progreso, placer. Nos toca decidir sobre qué fundamentarnos. El evangelio nos hace una llamada clara a construir nuestra vida apoyándonos en Jesucristo como verdadero salvador. Así dice la voz que resuena en lo alto del Tabor: «Éste es mi Hijo amado, escúchenlo» Y, cuando los discípulos caen por tierra asustados, el mismo Jesús los reconforta: «No tengan miedo

 

No hemos de tener miedo. Lo propio de la fe cristiana consiste en fundamentar la existencia en Jesucristo. Él es el salvador no sólo de la muerte, también de la vida. Él es el salvador no sólo del pecado, también del absurdo de una vida vivida sin sentido profundo. Jesús es el camino, la verdad y la vida. El que lo ha encontrado, lo sabe.

 

Hemos de aprender a leer juntos el Evangelio, ponernos en contacto directo e inmediato con la Buena Noticia de Jesús. En esto hemos de gastar las energías. De aquí empezará la renovación que necesitan hoy nuestras Comunidades Cristianas. Si perdemos atracción como institución humana, como Iglesia, hemos de descubrir la atracción que tiene Jesús, el Hijo amado de Dios, para quienes buscan verdad y vida. Démonos cuenta de que todo nos está empujando a poner con más fidelidad su Buena Noticia en el centro del cristianismo. Escuchemos a Jesús.

viernes, 26 de febrero de 2021

RECONCÍLIATE CON TU PRÓJIMO

“El Evangelio de Hoy”: Mt 5,20-26. Lectura del santo evangelio según san Mateo: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si no son mejores que los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos. Han oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto. Palabra del Señor. Reflexión Dios siempre puede hacer algo para salvarnos, para él nadie está definitivamente perdido. Su gloria es la vida de sus criaturas, pero somos llamados a optar libre y conscientemente por la salvación que Dios nos ofrece.No hay nada garantizado en la maldad del malvado o en la bondad del justo. La suerte de uno u otro, puede cambiar. Jesús nos invita a esforzarnos por superar las formalidades religiosas y a integrarnos en la construcción de su Reino: “Si no son mejores que los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos”. La puesta en práctica de los valores de ese Reino, pone en entredicho muchas creencias y prácticas religiosas que atentan contra ellos. El evangelio de Hoy reclama una mayor coherencia de nuestra parte: “Por tanto…vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar su ofrenda”. La fraternidad que nace de sabernos todos y todas hijos e hijas del mismo Padre Bueno y misericordioso. La conversión y la religiosidad pasan por el amor y el servicio hacia nuestro prójimo.

lunes, 22 de febrero de 2021

TÚ ERES PEDRO

“El Evangelio de Hoy”: Mt 16, 13-19 Lectura del santo evangelio según san Mateo: En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, ¡hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo." Palabra del Señor. Reflexión La profesión de fe en Jesús no puede hacerse sin consecuencias. Si creemos en Jesús, lo iremos diciendo con nuestra manera de vivir, con nuestras opciones y estilo de vida. Creer en Jesús como el Hijo de Dios lleva consigo creer en su proyecto, en su manera de relacionarse con Dios, a quien Jesús experimenta como Padre de todos y todas, lo que implica una relación fraterna con el prójimo. ¿Cuál es la influencia que ejerce Jesús en nuestra vida diaria? La vida cotidiana es nuestra confesión de fe. Si creemos tenemos que tomar decisiones que respalden, día a día, nuestra fe; de lo contrario, tenemos una fe de boca, aprendida de la cultura y de las tradiciones, pero que no nos mueve a nada. Tú eres Pedro… no olvidemos que Pedro no es solo Pedro, es toda persona que cree en Jesús. La Iglesia es el conjunto de los creyentes en Cristo que viven un proceso de madurez en la fe y el compromiso cristiano. Todo el que entra en esta dinámica de fe en Jesús, es Pedro, es fundamento, es instrumento de Jesús para él seguir construyendo el Reino de su Padre Dios. No olvidemos que Pedro pasa por un largo proceso de fe que le lleva de compartir con Jesús su vida en Galilea, hasta negarlo en Jerusalén para experimentar el amor misericordioso y perdonador de Jesús y comprometerse con él a continuar su misión. Los creyentes, como Jesús, abrazan la voluntad del Padre hasta la muerte y asumen la voluntad de Dios como criterio último y definitivo de la propia existencia. Creer es asumir un compromiso serio con la causa de Jesús que es la causa del Reino.

viernes, 19 de febrero de 2021

EL AYUNO CRISTIAN

“El Evangelio de Hoy”: Mt 9,14-15 Lectura del santo evangelio según san Mateo: En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: "¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?" Jesús les dijo: "¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Palabra del Señor. Reflexión Durante la Cuaresma escucharemos muchas veces al evangelio traernos el tema del ayuno y de otros signos penitenciales del Antiguo Testamento. Nosotros no tenemos que centrarnos mucho en el tema del ayuno sino en el amor. Ya Jesús ha asumido por nosotros, por amor, todo el sacrificio necesario y la penitencia necesaria. Siguiéndolo a él, nos dedicaremos a vivir la solidaridad, el compartir, el servicio a los necesitados, el cuidado de la vida y sus detalles cotidianos. Ese es el ayuno que Dios quiere. Si Jesús está con nosotros, él se encarga de perdonarnos y nos enseña a perdonar. Cuando nos divorciamos de Jesús y su manera de ser y de actuar, entonces necesitamos hacer de nuevo el espacio en nuestra vida para que él venga y habite. Ese es el sentido del ayuno, tener un espacio en nuestro interior reservado a Jesús. Eso nos garantizará una vida sensible al hambre de quienes nos rodean y el compartir necesario a partir de nuestro amor a Dios y al prójimo. No nos olvidemos que Jesús nos invita a vivir llenos de alegría. Aprovechemos nuestro tiempo para promover la alegría de vivir y alegremos la vida de quienes conviven con nosotros. “…Yo estaré siempre con ustedes” … Mt 28, 20.

miércoles, 17 de febrero de 2021

VIVIR LA CUARESMA

“El Evangelio de Hoy”: Mt 6,1-6.16-18 Lectura del santo evangelio según san Mateo: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recen, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunen, no anden cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará." Palabra del Señor. Reflexión El Miércoles de Ceniza comenzamos La Cuaresma. Nos preparamos para la Pascua. La salvación de Dios nos acecha, provocándonos a volver a sus caminos. Dios nos hace participar de su salvación y nos pide una actitud de conversión, por medio de tres prácticas solidarias: ayuno, oración, limosna. Estas prácticas nos disponen y nos facilitan vivir la experiencia de su compasión y de su misericordia, y hacen más creíbles y auténticas nuestras prácticas religiosas. No olvidemos que El Evangelio nos invita a vivir todas estas prácticas de manera solidaria con el prójimo, de manera que manifiesten la presencia del Reino de Dios. “Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación”. Dejar el mundo de las apariencias para asumir la dinámica propia de las obras del Reino, sin la cual, cualquier práctica religiosa es vacía e insignificante. La oración confiada y llena de esperanza, la solidaridad vivida al compartir lo que somos y tenemos, y el ayuno que hace en nosotros un espacio para acoger la presencia salvífica de Dios, son prácticas que nos harán crecer en la fe y dignificarán nuestra vida. La Cuaresma ha de servir para eso. Jesús deja claro que no puede haber una experiencia de Dios, seria, profunda y verdadera, si dicha experiencia no tiene relación profunda con la dignificación de la vida de los hermanos. Dejemos que sea el mismo Señor quien nos acompañe e inspire en este nuevo empuje cuaresmal para que celebremos la Pascua con alegría compartida. La Paz sea con ustedes.

lunes, 15 de febrero de 2021

EL SIGNO DEL AMOR



“El Evangelio de Hoy”: Mc 8,11-13

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

 

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo: "¿Por qué esta generación reclama un signo? Les aseguro que no se le dará un signo a esta generación." Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla. Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

Cuando Jesús realiza un signo no es para buscarse amigos o crecer en fama o en prestigio. Sus gestos responden a su sensibilidad humana y se orientan a mejorar la vida de aquellos que muestran esperanza y creen en las promesas de Dios. Lo que Jesús persigue es hacer ver el amor de Dios por su pueblo, mostrar la misericordia más allá de las leyes frías y estériles que defienden y vigilan los fariseos, escribas y maestros de la ley. Jesús no muestra interés en violentar el curso normal de la naturaleza para satisfacer la curiosidad de los fariseos. Su poder no está en hacer signos o milagros extraordinarios sino en los signos del amor hecho Reino de Dios, presencia salvífica que se muestra en su servicio a los pobres, enfermos y todo tipo de necesitados.


No es en lo extraordinario, sino en lo sencillo, lo humilde y lo pequeño donde nacen los milagros del amor de Dios. Jesús suspira profundamente por el dolor que le produce la insensatez y la terquedad de las autoridades religiosas, que por su ceguera no perciben los signos milagrosos que se dan en la cotidianidad y que se identifican por que procuran algo de fraternidad, justicia, paz, solidaridad, amor o amistad entre los hermanos. Y nosotros ¿Cuáles son los signos que realizamos los creyentes de hoy para mostrar la presencia y el amor de Dios? Rechacemos la tentación de basar nuestra fe en milagros extraordinarios y sigamos nuestra ruta humildemente en la cotidianidad de nuestra historia. Ahí se nos manifiesta Jesús vivo y verdadero, provocando espacios de fraternidad y de justicia.

domingo, 14 de febrero de 2021

QUIERO, QUEDA LIMPIO


 

“El Evangelio de Hoy”: Mc 1, 40-45


Lectura del santo evangelio según san Marcos:


En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes limpiarme." Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Quiero: queda limpio." La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: "No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés." Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes. Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

La purificación de este leproso se opera gracias a su confianza puesta en Jesús. La lepra era considerada en tiempos de Jesús como una enfermedad terrible. El leproso tenía que andar por las afueras de la ciudad o de la aldea. Los leprosos formaban parte del grupo de los excluidos, impuros y pecadores extremos de aquella cultura. El leproso de este pasaje rompe todas las convenciones y prohibiciones del momento. Se acerca a Jesús y le solicita la limpieza. Jesús no rechaza la cercanía y el contacto físico de este hombre. Lo escucha, lo acepta y lo acoge. Pero, sobre todo, lo toca, a pesar de que el contacto físico iba en contra de las convenciones religiosas vigentes.

 

Si el leproso se atreve a arriesgarse violando la ley y entrando en contacto con Jesús. Jesús hará lo mismo tocando al enfermo. Al devolverle la salud, Jesús le está recuperando su dignidad de hijo de Dios. Siguiendo la ley, lo manda a presentar la ofrenda estipulada para estos casos. Jesús demuestra que la persona está por encima de la ley y que es necesario devolverle el sentido salvífico a la misma ley. No la trasgrede, pero la supera a favor de la persona humana excluida y marginada.

 

Hoy somos nosotros quienes estamos llamados a valorar la persona y a darle servicio dignificante e integrador en nuestra sociedad marginadora.  Al valorar al ser humano priorizaremos los elementos de la vida que favorezcan su salud, su educación, su participación en los diferentes niveles de vida social y cuidaremos su integridad física y espiritual. Como Jesús que aporta la esperanza con sus signos de vida, de salud y de compasión nosotros estamos siendo interpelados a aportar nuestra cuota de esfuerzo consciente a favor de la vida del necesitado. Podemos, actuemos. Busquemos a los leprosos de hoy, los enfermos, desesperanzados, tristes, marginados y hagámosle saber que para nosotros ellos cuentan. Seamos sensibles a las realidades de nuestros hermanos y hermanas.

sábado, 13 de febrero de 2021

COMIERON TODOS

“El Evangelio de Hoy”: Mc 8, 1-10 Lectura del santo evangelio según san Marcos: Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima de esta gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos." Le replicaron sus discípulos: "¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para que se queden satisfechos?" Él les preguntó: "¿Cuántos panes tienen?" Ellos contestaron: "Siete." Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta. Palabra del Señor. Reflexiones Una vez más Jesús está preocupado por la situación hambrienta de quienes le siguen. Nosotros podemos preguntarnos: ¿Qué hacer frente a realidades preocupantes, ¿cómo manejar nuestras sensibilidades? El pueblo por ir detrás de Jesús, hasta el desierto, se ha olvidado de su casa y de su comida durante tres días. Jesús socializa sus sentimientos “me da lástima”, “desfallecerán por el camino”. Jesús solamente manifiesta su preocupación a los discípulos, quienes parecen no encontrar una solución al problema, “Aquí, en este despoblado, ¿De dónde sacaríamos panes para alimentar a éstos?”. No es fácil encontrar soluciones a problemas que engloban a toda una población. Por eso Jesús provoca la solidaridad y el compartir, buscando involucrar a la gente en la búsqueda de salida a su situación. Oración, organización y compartir rinden el resultado esperado por Jesús. Hoy nos toca a nosotros luchar por la vida, producir los milagros necesarios para que haya dignidad y justicia. Para ello contamos con el don de la fe vivida de manera normal como un camino de salvación que nos vincula los unos con los otros, confiando en la compañía de Dios.

viernes, 12 de febrero de 2021

TODO LO HA HECHO BIEN

“El Evangelio de Hoy”: Mc 7,31-37 Lectura del santo evangelio según san Marcos: En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "Effetá", esto es: "Ábrete". Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos." Palabra del Señor. Reflexión Volviendo a Galilea Jesús hace que un sordo y tartamudo comience a oír con sus oídos y a hablar con su boca. Para la mentalidad de la época la sordera y la mudez, probablemente de nacimiento, pertenecen al tipo de enfermedades consideradas como castigo. Quien la sufre es visto como un pecador o hijo de pecadores. Al abrirle los oídos y soltarle la lengua a este hombre Jesús le devuelve la salud, deja de ser un enfermo. Pero además lo reintegra a la vida social y reencuentra sus derechos religiosos, así deja de ser un marginado. Como comunidad abierta a la Palabra debe ser solidaria con quienes sufren en su cuerpo y en la sociedad. El hambre, la enfermedad, la marginación y la explotación social son incompatibles con la voluntad de vida de Dios. La Buena Noticia es la vida, el Evangelio de Hoy es el cumplimiento de la promesa que encontramos en el libro del profeta Isaías: El Señor despegará los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará (Isaías 35,5-6). No podemos espiritualizar demasiado el texto diciendo que el Señor nos abre nuestro espíritu y nos permite hablar correctamente de Él, ni considerarnos sanadores milagrosos de estas enfermedades. La actualización de este mensaje nos sensibilizaría a confiar plenamente en Dios y pedirle la asistencia de su espíritu para poder esperar de Él la salvación y disponernos a trabajar a favor de la salud integral de su Creación, incluidos nosotros los seres humanos. Me parece que podríamos impulsar iniciativas a favor del bienestar de los sordos, los mudos y de las personas que sufren de enfermedades en esa área.

jueves, 11 de febrero de 2021

Nuestra Señora de Lourdes. Jornada del Enfermo


“El Evangelio de Hoy”: Jn 2, 1-11


Lectura del santo evangelio según san Juan

 

"Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la Madre de Jesús. También fueron invitados a la boda Jesús y sus discípulos. Y, como faltase el vino, la Madre de Jesús le dijo: No tienen vino, Jesús le respondió: Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora. Dijo su Madre a los sirvientes: Hagan lo que él les diga. Había allí seis tinajas de piedra preparadas para las purificaciones de los judíos, cada una con capacidad de dos o tres metretas. Jesús les dijo: Llenen de agua las tinajas: Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Saquen ahora y lleven al maestresala. Así lo hicieron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde provenía, aunque los sirvientes que sacaron el agua lo sabían, llamó al esposo y le dijo: Todos sirven primero el mejor vino, y cuando ya han bebido bien, el peor; tú, al contrario, has guardado el vino bueno hasta ahora. Así, en Caná de Galilea hizo Jesús el primero de sus milagros con el que manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él". Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Los 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, la Iglesia celebra la jornada mundial de los enfermos. Es una manera de invitarnos a ser solícitos y solidarios con quienes, por enfermedad o vejez, ya no nos pueden acompañar en nuestras actividades comunitarias. La oración por los enfermos nos aproxima a ellos en un movimiento caritativo fraterno que nos enriquece. Se trata de preguntarnos junto a los enfermos, ¿qué es lo que nos hace disfrutar de la vida? ¿Cómo podemos gustar de la vida? A partir de la práctica de Jesús, el evangelio de esta fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, nos invita a aportar la alegría y el sentido a la vida, viviendo la fe y la caridad fraterna.

 

El Tema del mensaje del Papa para esta Jornada 2021 es: Uno solo es su Maestro y todos ustedes son hermanos (Mt 23,8). La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo. Queridos hermanos y hermanas: Es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades. Pienso, en particular, en quienes sufren en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus. A todos, especialmente a los más pobres y marginados, les expreso mi cercanía espiritual, al mismo tiempo que les aseguro la solicitud y el afecto de la Iglesia.

 

Estemos atentos como la Virgen a las necesidades de los más necesitados. Acerquémonos con cuidados delicados a los enfermos, escuchemos sus palabras y digamos lo que pueda significar un alivio para los que sufren. Las enfermedades pasarán y los buenos tiempos evolucionarán hasta la eternidad. Aún está pendiente el mejor vino para la humanidad, especialmente para los que sufren alguna condición dolorosa. Así que estemos pendiente a lo que Jesús nos pueda decir para hacerlo como nos dice La Virgen. Buena jornada del enfermo.

miércoles, 10 de febrero de 2021

PURIFICAR EL INTERIOR

“El Evangelio de Hoy”: Mc 7,14-23 Lectura del santo evangelio según san Marcos: En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: "Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga." Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. El les dijo: "¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina." Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: "Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro. Palabra del Señor. Reflexión El Evangelio de Hoy nos está invitando a armonizar nuestro interior, lo que pensamos, creemos y queremos, con nuestro exterior, lo que practicamos, lo que mostramos frente a los demás. Si no lo hacemos vivimos en la mentira y no logramos realizar nuestra vida en ningún sentido. Lo esencial no es adaptarse a todo lo que se nos pide desde fuera, desde las instituciones, desde la sociedad en que vivimos, lo esencial es el amor y el compromiso desde la fe a favor de la dignidad humana. Lo que puede hacernos impuros son las actitudes antihumanas que asumimos de manera egocéntrica. Son estas actitudes las que nos impiden sonreír de manera libre y abierta. Así que hoy somos invitados a la transparencia, a la sinceridad y a la coherencia de vida. Dejemos de perder tiempo hablando de alimentos puros e impuros pues ya Jesús habló claramente de eso.

jueves, 4 de febrero de 2021

LLAMÓ JESÚS A LOS DOCE


 

“El Evangelio de Hoy”: Mc 6,7-13

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

 

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quédense en la casa donde entren, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si un lugar no lo recibe ni lo escucha, al marcharse sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

Jesús no es un solitario ni un franco tirador. Desde el principio se Busca colaboradores para vivir y compartir su misión. De dos en dos, como se acostumbraba en aquel tiempo, Jesús envía a sus discípulos a predicar en los pueblos vecinos de Nazaret para completar lo que ya él mismo había iniciado. Los enviados reciben instrucciones concretas las cuales debemos tener nosotros hoy en cuenta a la hora de ser portadores del mensaje de Jesús. La misión tiene que ser vivida con simplicidad y pobreza, al estilo que vive la mayoría de la gente, con solo lo esencial. Nada debe estorbar la proclamación del Reino de Dios. Es necesario dejar que el Evangelio aparezca con toda su fuerza. Jesús no le dice a sus enviados cual debe ser el contenido de su prédica, pero le instruye sobre el como deben ir, su ser, sus actitudes. Para Jesús su testimonio de vida es más importante que su testimonio de palabra.

 

Los seguidores de Jesús dependerán de la acogida que le den las personas a quienes se dirigen, no de ventajas ni de privilegios de la sociedad. Solo un profundo sentido de Dios, una confianza absoluta en él, el rechazo de privilegios sociales y económicos, una auténtica pobreza personal y el ejercicio no profesional del papel de evangelizador, permitirá que demos testimonio y seamos verdaderos motivadores de conversión. Somos invitados por Jesús a ir sin nada, comer lo que el pueblo les ofrece, hospedarnos en las casas donde somos acogidos y cuidar de los enfermos y de los necesitados. Cuatro puntos básicos que marcarán la actitud de los misioneros y misioneras que anuncian la Buena Nueva.

martes, 2 de febrero de 2021

LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 2,22-40 Lectura del santo evangelio según san Lucas: Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones." Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma." Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. Palabra del Señor. Reflexión Cada 2 de febrero celebramos la fiesta de La Presentación de Jesús. A esta fiesta también se le llama la fiesta de las candelas o la candelaria. Desde hace unos años se celebra también el 2 de enero la jornada de la vida consagrada, en la que cada obispo en su diócesis invita a las personas consagradas a celebrar con él, el don de la vocación al servicio de las comunidades. Es una manera de afirmar que la Vida Consagrada ilumina al mundo con su ser y hacer. La gran Luz de las naciones es Jesús a quien reconocen Simeón y Ana como el Mesías prometido por Dios y esperado por quienes aún tenían fe en el cumplimiento de la promesa de Dios. Según el evangelio de San Lucas, Jesús nace en un pueblo en el que no hay sitio para acogerlo. Los pastores lo encuentran en un lugar apartado de Belén acostado en un pesebre acompañado solo de José y de María, sus padres. El evangelista cuenta el relato de la presentación de Jesús en el Templo para tratar de sacarlo del anonimato, pero de nuevo, no encontramos en el texto, más que dos ancianos que le acogen y reconocen como el enviado, el Mesías. Ningún sumo sacerdote, ni sacerdote, ninguna autoridad religiosa ni de nada. Jesús no encuentra acogida en doctrinas y tradiciones religiosas que no ayudan a vivir una vida más digna y más sana. Quienes acogen a Jesús y lo reconocen como Enviado de Dios son dos ancianos de fe sencilla y corazón abierto que han vivido su larga vida esperando la salvación de Dios. Sus nombres parecen sugerir que son personajes simbólicos. El anciano se llama Simeón (“El Señor ha escuchado”), la anciana se llama Ana (“Regalo”). Ellos representan a tanta gente de fe sencilla que, en todos los pueblos de todos los tiempos, viven con su confianza puesta en Dios. Ahora sienten que sus esperanzas se cumplen en Jesús. Esta fe sencilla que espera de Dios la salvación definitiva es la fe de la mayoría. Una fe poco cultivada, que se concreta casi siempre en oraciones torpes y distraídas, que se formula en expresiones poco ortodoxas, que se despierta sobre todo en momentos difíciles de apuro. Una fe que Dios no tiene ningún problema en entender y acoger.