Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
miércoles, 21 de octubre de 2020
SER EN EL MUNDO EL CORAZÓN DE DIOS
“El Evangelio de Hoy”: Lucas 12, 39-48
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Comprendan que, si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no
le dejaría abrir un boquete. Lo mismo ustedes, estén preparados, porque a la
hora que menos piensen viene el Hijo del hombre". Pedro preguntó:
"Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?" El Señor
le respondió: "¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo
ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus
horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar encuentre portándose así. Les
aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado
piensa: "Mi amo tarda al llegar", y empieza a pegarle a los mozos y a
las muchachas, a comer y deber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el
día y la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los
que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto
a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo
digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá;
al que mucho se le confió, más se le exigirá". Palabra del Señor.
Reflexión
Los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús celebramos
hoy el día de nuestro fundador, el padre Julio Chevalier. El padre Julio,
además de fundar a los MSC, fundó también, a las Hijas de Nuestra Señora del
Sagrado Corazón, e intervino también, indirectamente, en la fundación de las
Misioneras del Sagrado Corazón. Según nuestro fundador, el reconocimiento del
amor que Dios nos tiene es vital para poder adherirnos a Jesús y su proyecto de
salvación y a su causa, que es la causa de los pobres. Sabiéndonos amados,
acompañados, sostenidos por el mismo Dios de Jesús, estaremos dispuestos a
entregar nuestra vida radicalmente por él, y a su estilo. Jesús nos muestra a
un Dios Padre que está siempre a nuestro lado para servirnos y así nos invita a
acompañar a nuestro prójimo sirviéndoles en todo lo que podamos.
Para eso el Señor nos da la vida y nos la mantiene.
Nuestro texto del Evangelio de Hoy retoma las
enseñanzas de Jesús para mostrarnos como la diligencia, la eficiencia y la
buena administración están en función de la misión, de las buenas relaciones
fraternales y, sobre todo, de la fe en el retorno del Señor. Por esta razón, la
iglesia no se pensaba únicamente a partir de sus necesidades o de las urgencias
del contexto, sino fundamentalmente a partir de su fe en el encuentro con el
Señor que se vivía en el día a día del servicio, del amor universal y de la
solidaridad. De ahí el llamado continuo a la vigilancia y a la práctica de la
fe.
El encuentro futuro con el Señor está descrito en
términos de servicio a nuestro favor: “Dichoso el criado a quien su amo al
llegar encuentre portándose así. Les aseguro que lo pondrá al frente de todos
sus bienes”. En otro texto nos va a decir que el Señor al llegar les
invitarás a sentarse en la mesa y se pondrá él mismo a servirle. Lo importante
es estar viviendo hoy lo que creemos pues esa vida en la fe nos asegura el
entusiasmo y la alegría. Vivir nuestra fe significa ponernos al servicio de
nuestros hermanos y hermanas, desarrollar nuestra vocación humana y cristiana. Que
el Siervo de Dios, padre Julio Chevalier, nos siga inspirando y animando a ser
en el mundo el Corazón de Dios.
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