“El Evangelio de Hoy”: Jn 3,31-36
Lectura del santo evangelio según san Juan:
El
que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la
tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos.
De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El
que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió
habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama
al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida
eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa
sobre él.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El
Primero de Mayo celebramos la fiesta de San José Obrero, el Carpintero de
Nazaret. Y por eso la Iglesia lo ha propuesto como el patrón de todos los
trabajadores y trabajadoras, cuyo día es hoy. José, el compañero inseparable de
María es propuesto hoy por la Iglesia como el
compañero fraterno y solidario de todos los
trabajadores del mundo, por eso le da el título
de obrero. En muchos lugares del mundo coincide con la
fiesta del día del trabajo. El Evangelio de Hoy nos recuerda que a Jesús lo
identifican sus paisanos como el hijo del
Carpintero.
Razón por la que dudan que su palabra, su sabiduría y sus milagros provengan de
Dios. Piensan que todo lo bueno tiene que venir de los sectores pudientes y
controladores de la vida social y religiosa.
Como
casi siempre, la pobreza de su conciencia no les permite ver la riqueza de la
Buena noticia que anuncia el hijo de un trabajador obrero. Y en ello está su
gran equivocación, no pueden entender que el hijo del carpintero sea el Hijo de
Dios. Por esto tratan a Jesús despectivamente cuando en sus preguntas lo llaman
“este”. También son despectivas hoy las políticas laborales que patrocinan
condiciones laborales indignas e injustas. Quienes con su fuerza de trabajo producen
la riqueza del mundo son en muchos lugares, despreciados y empobrecidos como el
mismo Jesús. También nos cuesta enormemente reconocer la palabra y la sabiduría
de quienes están a nuestro lado, de nuestros compañeros de trabajo, y más aún,
de los más pobres. No lo olvidemos, Dios se sirve de los humildes, de los que
le permiten entrar en su corazón. Felicidades a todos los trabajadores y a
todas las trabajadoras en su día. Trabajemos a favor de la humanización y la
dignificación del trabajo y el compartir adecuado de los beneficios.
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