EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 1 de mayo de 2014

JESÚS, EL HIJO DE UN TRABAJADOR OBRERO

 “El Evangelio de Hoy”: Jn 3,31-36

Lectura del santo evangelio según san Juan:

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El Primero de Mayo celebramos la fiesta de San José Obrero, el Carpintero de Nazaret. Y por eso la Iglesia lo ha propuesto como el patrón de todos los trabajadores y trabajadoras, cuyo día es hoy. José, el compañero inseparable de María es propuesto hoy por la Iglesia como el compañero fraterno y solidario de todos los trabajadores del mundo, por eso le da el título de obrero. En muchos lugares del mundo coincide con la fiesta del día del trabajo. El Evangelio de Hoy nos recuerda que a Jesús lo identifican sus paisanos como el hijo del
Carpintero. Razón por la que dudan que su palabra, su sabiduría y sus milagros provengan de Dios. Piensan que todo lo bueno tiene que venir de los sectores pudientes y controladores de la vida social y religiosa.


Como casi siempre, la pobreza de su conciencia no les permite ver la riqueza de la Buena noticia que anuncia el hijo de un trabajador obrero. Y en ello está su gran equivocación, no pueden entender que el hijo del carpintero sea el Hijo de Dios. Por esto tratan a Jesús despectivamente cuando en sus preguntas lo llaman “este”. También son despectivas hoy las políticas laborales que patrocinan condiciones laborales indignas e injustas. Quienes con su fuerza de trabajo producen la riqueza del mundo son en muchos lugares, despreciados y empobrecidos como el mismo Jesús. También nos cuesta enormemente reconocer la palabra y la sabiduría de quienes están a nuestro lado, de nuestros compañeros de trabajo, y más aún, de los más pobres. No lo olvidemos, Dios se sirve de los humildes, de los que le permiten entrar en su corazón. Felicidades a todos los trabajadores y a todas las trabajadoras en su día. Trabajemos a favor de la humanización y la dignificación del trabajo y el compartir adecuado de los beneficios.

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