“El Evangelio de Hoy”: Marcos 6,34-44
Lectura del santo evangelio según san
Marcos:
En aquel tiempo, Jesús vio una multitud
y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a
enseñarles con calma. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a
decirle: "Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan
a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer." Él les
replicó: "Denles ustedes de comer." Ellos le preguntaron:
"¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de
comer?" Él les dijo: "¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver."
Cuando lo averiguaron le dijeron: "Cinco, y dos peces."
Él les mandó que hicieran recostarse a
la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y
de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al
cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos
para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos
y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que
comieron eran cinco mil hombres. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Antes
de que el 2014 crezca, El Evangelio de Hoy nos recuerda lo esencial de la vida
cristiana, la práctica del amor fraterno como expresión de nuestra fe y
seguimiento de Jesús. Atravesamos por numerosas crisis y la historia se
desarrolla de crisis en crisis. Pero la manera de afrontar estas crisis es la
que ayuda a desarrollar nuestra capacidad inventiva desde el amor y la fe. Nuestro
mundo está padeciendo una crisis profunda de amor. Esta crisis, entre otras
cosas, está anclada a una crisis profunda de fe. Quien no ama no puede decir
que cree. Mientras sus discípulos quieren despedir a la gente para que cada
quien se las arregle por su cuenta, Jesús se compadece y de ella y busca una solución
al hambre.
Aunque
no tengamos la capacidad real para solucionar los males de nuestro tiempo, creo
que el Evangelio nos sensibiliza a pensar en alternativas comunitarias,
fraternas al estilo de Jesús, quien es la expresión más concreta y real del
amor. La multiplicación de los panes es expresión del amor sin medida que Jesús
tiene por la humanidad que padece, en carne propia, la violencia, la miseria y
la exclusión. Y nosotros hoy ¿qué podemos hacer para vivir la fe
compadeciéndonos de quienes nos rodean? ¿También nosotros, como los discípulos
de Jesús, optaremos por el “sálvese quien pueda”? La vida cristiana es vida al servicio
de los necesitados, seamos hermanos solidarios, compartiendo nuestro tiempo,
nuestro pan, nuestros conocimientos y todas nuestras capacidades. Esto
actualiza la multiplicación de los panes.
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