“El
Evangelio de Hoy”: Lucas 10, 1-12
Lectura del santo evangelio según san
Lucas:
En aquel tiempo, designó el Señor otros
setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y
lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los
obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Pónganse en camino! Miren que les mando
como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y
no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Cuando entren en una casa, digan
primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará
sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes.
Quédense en la misma casa, coman y beban
de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No anden cambiando de casa. Si entran en
un pueblo y les reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que
haya, y digan: "Está cerca de ustedes el reino de Dios."
Cuando entren en un pueblo y no les reciban,
salgan a la plaza y digan: "Hasta el polvo de su pueblo, que se nos ha
pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre ustedes. De todos modos, sepan que
está cerca el reino de Dios."
Les digo que aquel día será más
llevadero para Sodoma que para ese pueblo." Palabra del Señor.
Reflexión
El 4 de octubre celebramos la memoria de
San Francisco de Asís. Este santo es conocido por su capacidad de despojo y
pobreza en nombre del seguimiento de Jesús. Recordemos que San Francisco de
Asís fue un incansable promotor de la paz. “Para
Francisco, como para el evangelio, la paz no se identifica sin más con la
tranquilidad. En la cultura semita la palabra paz se identifica con el
bienestar, con la felicidad, con la abundancia de bienes. De hecho, la calidad
de vida es un concepto fundamental de lo que ellos consideran la riqueza de una
nación. Pues, no basta con tener dinero, es necesario ‘estar bien’, y eso
indica no sólo abundancia de recursos, sino que implica también relaciones
armoniosas con los demás y con Dios. La paz en este sentido es una bonanza o
shalom.” El Evangelio de hoy nos envía a comunicar la paz, a mejorar la
vida de los demás, a promover la
justicia y la fraternidad como elementos fundamentales para disfrutar de paz.
Existe, también, la concepción romana u
occidental de “la paz que se identifica
más con la tranquilidad, con la ataraxia griega, es decir, con la ausencia de
conflicto y frustraciones. Este tipo de tranquilidad es indispensable para el
desarrollo de la actividad comercial y política, pero no hace demasiado énfasis
ni en el bienestar ni en la felicidad”. Sino que calcula lo que más
conviene formalmente para que haya un ambiente favorable a las relaciones y
actividades sociales y económicas.
El evangelio de hoy “nos propone una paz que es la síntesis y la superación de estas dos anteriores,
porque el bienestar, la tranquilidad y la felicidad se alcanzan a partir del
amor universal y de la justicia solidaria”. Practicando el evangelio y llevándolo
a los demás como estilo de vida vamos construyendo esta paz que Jesús nos
ofrece y que él mismo vivió aun en medio de sus pruebas y sufrientos.
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