Lectura del santo evangelio según san
Lucas:
En aquel tiempo dijo Jesús: "¡Ay de
ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los
milagros que en ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de
sayal y sentados en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro
y a Sidón que a ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al
abismo. Quien a ustedes les escucha, a mí me escucha; quien a ustedes les
rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha
enviado". Palabra del Señor.
Reflexión
En el contexto del envío de los 72 que representan al conjunto de la comunidad de
creyentes que asume su papel de profeta, “Jesús
les advierte sobre la posibilidad de que esta misión, emprendida por todas las
personas que lideran la comunidad, pueda no ser bien recibida y que la misión
de paz que se les ha encomendado pueda originar incomprensiones y conflictos.” No
sería la primera vez que esto ocurra. De ahí el ejemplo de las ciudades de Corozaín
y de Betsaida donde se había desarrollado un gran esfuerzo profético sin que se
abrieran al anuncio de salvación de parte de Dios, sino que continuaron con su
religiosidad formal sin dar ningún signo de conversión a favor de la justicia y
de la fraternidad.
Por eso “el evangelio nos invita a reconocer que, si bien la misión cristiana se
identifica plenamente con la paz, fruto del amor universal y de la justicia,
sin embargo, la respuesta puede ser negativa, debido principalmente a la
mentalidad legalista y a la legitimación de la violencia institucional.”
Somos invitados a ser críticos frente a toda tradición y práctica para intentar
evitar perdernos en la práctica de una religiosidad desprovista de Dios, de su
amor por los necesitados y su práctica
constante de compasión y misericordia.
Recordemos lo fácil que resulta caminar
con la gente donde ella va, sin tomar conciencia de lo que verdaderamente nos
pide Dios en cada coyuntura humana. Nosotros nos escandalizamos cuando escuchamos
los relatos evangélicos que narran el proceso de juicio, condena y ejecución de
Jesús en la cruz, “un hombre tan bueno”. No nos descuidemos pues fácilmente
estamos en lo mismo hoy desde nuestra Iglesia y nuestras instituciones,
cuidando el prestigio de lo instituido y olvidando la práctica de lo que Jesús
nos ha revelado como camino de salvación, el amor al prójimo como Dios mismo
nos ama infinitamente. No nos sorprendamos de los rechazos recibidos ni nos
descuidemos de vivir lo que nosotros creemos.
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