Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
viernes, 13 de julio de 2012
PERSEVERAR EN LA FE
<“El Evangelio de Hoy”: Mateo 10, 16-23
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: "Miren que los mando como ovejas entre lobos; por eso, sean sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no se fíen de la gente, porque los entregarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas y los harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando les arresten, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo lo dirán; en su momento se les sugerirá lo que tienen que decir; no serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán. Todos les odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando les persigan en una ciudad, huyan a otra. Créanme, no terminarán con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre".
Reflexión
El Evangelio
de hoy nos plantea claramente cuál será la realidad que enfrenten sus
seguidores. Claro que esta realidad de persecución y de contratiempos solo viene
cuando realmente obedecemos a su palabra y damos continuidad a su misión. Ante
las dificultades afrontadas por causa de la fe, Jesús nos da la pauta a seguir.
Nos invita a tener valor, a ser mansos aunque los violentos nos estén esperando
para agredirnos con acusaciones y provocaciones de todo tipo. No hay que ser
ingenuos ni bobos, realmente existe el peligro, las dificultades y el ambiente
contrario a las actitudes y acciones del Reino. Pero Jesús nos invita a
mantener la serenidad de quien actúa dignamente siendo fieles al Evangelio.
Estamos dotados de la sabiduría del Espíritu, él nos guiará a tomar las precauciones
necesarias sin abandonar el Evangelio. Es recomendable, el Perfil bajo, no
andar con aspavientos, ser silenciosos y vivir la prudencia evangélica y la
sencillez.
De todas
maneras, nos maltratarán y azotarán, nos enjuiciarán y condenarán, eso es de lo
que nos advierte Jesús en el Evangelio de Hoy y esa fue su vida. Por eso Jesús
insiste tanto en la necesidad de estar unidos a él para poder resistir la
tentación de abandonar el evangelio y acoger lo fácil. El Señor no nos abandona
a nosotros, todo lo contrario, siempre está con nosotros: “No tengan miedo,
sepan que estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo
28,20). Su espíritu nos acompaña. Experimentemos su presencia a nuestro lado, escuchemos
sus consejos, dejémonos acompañar, aunque tengamos nuestra inteligencia y
nuestros recursos, no nos preocupemos de manera enfermiza y estéril, perseveremos
en la fe, en la oración y en la confianza de que el Señor está con nosotros.
Lo nuestro
como enviados en misión por Jesús, no es la violencia, si nos odian y persiguen,
vayamos a otros lugares, nuestras única arma es el amor vivido en lo concreto y
cotidiano y expresado en servicio fraterno y justicia compartida.
El
evangelio nos permite ser testigos cualificados de la causa de Jesús, para
contamos con la ayuda del Espíritu, debidamente cultivada en la oración
personal y comunitaria. Con mucha frecuencia debemos defender nuestra fe de la
trivialización a la que es sometida por los medios masivos de información.
Debemos contar para ello no con una doctrina defensiva o apologética, sino con las
mismas enseñanzas de Jesús y nuestra propia experiencia personal de oración y
solidaridad. Demos gracias a Dios que nos permite ser sus hijos en Jesús y
pidámosle fuerza para serle fieles en nuestra vida cristiana.
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