“El Evangelio de Hoy”: Juan 19,31-37
Lectura
del santo evangelio según san Juan:
En aquel
tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran
los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne,
pidieron a Pilatos que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los
soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían
crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le
quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó
el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo
vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad,
para que también ustedes crean. Esto ocurrió para que se cumpliera la
Escritura: "No le quebrarán un hueso"; y en otro lugar la Escritura
dice: "Mirarán al que atravesaron." Palabra del Señor.
Reflexión.
La Fiesta
del Sagrado Corazón de Jesús es un acontecimiento que no podemos pasar por alto
en nuestra reflexión dada la importancia de la vida interior, de la vida
afectiva, de la ternura y el cariño que sentimos, que vivimos los seres
humanos. La sociedad moderna cargada de pragmatismo nos amenaza con imponer su
racionalismo y materialismo pero la realidad humana y la experiencia compartida
le dan la razón al corazón, al afecto, a la amistad, a la solidaridad que crea
fraternidad y comunión. Todo esto es representado en el corazón como centro
interior de la persona que la encamina a adoptar actitudes concretas frente a
los demás. Por eso se afirma que Jesús es el corazón humano de Dios.
Frente a las
distintas crisis que vivimos no podemos reducir la búsqueda de soluciones al ámbito
de la razón. El corazón engloba la capacidad humana de adecuar las ideas y
pensamientos en general de manera que no comprometan la dignidad de la Creación
de Dios. Analizar la realidad, ensayar salidas a los problemas y dificultades,
discernir cuál es la mejor manera de enfrentar el presente y preparar el
futuro, todo esto pasa por el corazón. De lo contrario corremos el riesgo de
llegar a conclusiones parecidas a la de algunos de los más radicales defensores
del neoliberalismo económico, que dicen creen que se puede sacrificar a la
mitad de la humanidad sin no son capaces de adaptarse al libre mercado de los
bienes y servicios, como si el mercado fuera más importante que las personas y
toda la Creación.
El Corazón
de Jesús encierra toda la bondad de Dios, su misericordia, su compasión. Su capacidad
universal de crear, acoger y permitir la vida sin condenas ni prejuicios. Con
su particular manera de vivir, predicar y tratar, Jesús reveló que es desde el
corazón desde donde se puede cambiar y recrear lo que hoy no funciona el mundo. Claro que para ello
tenemos que hacer práctico y visible el amor del corazón. Y una vez más, es el
mismo Jesús quien constituye el paradigma de una vida interior o se corazón,
capaz de transformar las estructuras a favor de la vida y de la convivencia
humana. En este día de Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús dejemos que salgan
de nuestro corazón los mismos sentimientos que marcaron la vida de Jesús y su
relación con Dios y con los hombres y mujeres: El amor.
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