Lectura
del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Yo,
en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les aborrecen
y recen por los que les persiguen y calumnian. Así serán hijos de su Padre que
está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia
a justos e injustos. Porque, si aman a los les aman, ¿qué premio tendrán? ¿No
hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludan sólo a sus hermano, ¿qué
hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sean
perfectos como su Padre celestial es perfecto". Palabra del Señor.
Reflexión.
El Evangelio de Hoy continúa haciendo hincapié en lo
propio de la vida cristiana. Esta es una de las originalidades aportada por
Jesús a nuestro mundo. Se nos propone superar la lógica “normal” de la vida y
de las relaciones humanas para ser verdaderamente justos como Dios. No es
cierto que la justicia sea darle a cada uno lo que le pertenece, justicia es darle al otro lo
mejor, lo que más bien le hace, la justicia es el amor sin límites.
Cuando en nuestro acercamiento
a la Biblia nos encontramos con textos como estos, fácilmente nos volvemos
escépticos. Amar al enemigo y orar por quien asume este rol frente a nosotros
parece una idea desproporcionada. Incluso algunos han pensado que es sólo una
exageración. Sin embargo, el amor universal que no supera los lazos de la
sangre, del idioma o de la nación sólo es una vaga idea, pero no una
manifestación del Reino. El amor a los enemigos es una invitación a
experimentar el amor con el que Dios nos ama. Es decir, un amor completamente
centrado en el otro y la otra. Creer esto tiene que producir en nosotros una inmensa
paz, confianza y esperanza, pues nuestra salvación no depende tanto de lo que
nosotros logremos hacer, sino del amor infinito con que Dios nos ama.
De todas maneras
tenemos que poner atención a la justicia social. A pesar del alcance de este
amor, el evangelio también nos recuerda que ese amor no puede renunciar a las
exigencias de justicia, verdad y respeto. Amar al enemigo es, también, ayudarle
a encontrar un camino de diálogo y de maduración humana, porque amar al enemigo
no es lo mismo que tolerar el abuso y la iniquidad. Una de las maneras más prácticas
de amor al enemigo la constituye la oración por los que nos ofenden o están en
desacuerdo con nosotros, oración sincera y constante. Otra manera es no hablar
mal de aquellos que se han declarado nuestros enemigos y que buscan hacernos
fracasar. ¿Qué podemos hacer para evitar que las personas se sientan enemigas
nuestras? ¿Cuál es tu experiencia de
amar a tus enemigos? Les invito a hacer un comentario debajo de esta reflexión
sobre esta temática o dejar un testimonio personal.
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