Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les
dijo: "Dichosos los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios.
Dichosos los que ahora tienen hambre, porque quedarán saciados.
Dichosos los que ahora lloran, porque reirán.
Dichosos ustedes, cuando los odien los hombres, y los excluyan, y los
insulten, y proscriban su nombre como infame, por causa del Hijo del hombre.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el
cielo. Eso es lo que hacían sus padres con los profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos!, porque ya tienen su consuelo.
¡Ay de ustedes, los que ahora están saciados!, porque tendrán hambre.
¡Ay de los que ahora ríen!, porque harán duelo y llorarán.
¡Ay si todo el mundo habla bien de ustedes! Eso es lo que hacían sus
padres con los falsos profetas." Palabra del Señor.
Reflexión
Las Bienaventuranzas son un programa de vida, una opción propuesta por
Jesús como camino de realización que trasciende los límites de nuestra historia
y eternizan. A las Bienaventuranzas se contraponen unas malaventuranzas. Unas y
otras van de la mano. Jesús, al elegir a sus seguidores entre gente sencilla,
ha destacado los valores de la vida campesina: la pobreza vivida en trabajo y
honestidad, y la búsqueda incesante de un equilibrio social que permita
remediar el hambre y el sufrimiento. Esta forma de vida es una bendición que se
opone al peligro de la opulencia y el despilfarro, que amenaza la estabilidad
social y que, en nuestro tiempo, tiene alcances planetarios, porque pone en
peligro la supervivencia misma de la especie humana. La lógica de nuestro mundo
es totalmente opuesta a la propuesta de Jesús y sabemos cuáles son los
resultados: desigualdades, inseguridad global y deshumanización generalizada.
A pesar de los adelantos de nuestro mundo, la sociedad no ha aprendido
la forma de combatir la vergüenza del hambre y la desigualdad. Pero la
propuesta de Jesús, a pesar de su simplicidad, tiene unas implicaciones
enormes, y pocas personas la comprenderán y menos aún estarán dispuestas a
asumirlas. Sin embargo, el nuevo horizonte que abre esta enseñanza nos permite
mirar la realidad bajo una nueva perspectiva y, sobre todo, percibir que la
enseñanza de Jesús nos da el poder de salvar no sólo a los individuos, sino a
la vida misma. Al escuchar las Bienaventuranzas de boca de Jesús quedamos
admirados y admiradas de contenido, hasta soñamos con ese ideal, pero poco
hacemos con miras a iniciar un proceso de conversión sincero y progresivo a
esta propuesta.
¿Cómo hacer práctica la propuesta de Jesús? Nuestra tarea consiste en
disponernos a caminar hacia la bendición o bienaventuranza y, al mismo tiempo,
saber que como seguidores de Jesús vivimos el momento presente con una
perspectiva de futuro y en constante tensión con quienes favorecen el
consumismo, el despilfarro y la explotación. Siempre que intentemos vivir un
valor trascendente, estaremos a la puerta de cientos de propuestas opuestas
invitándonos a la comodidad y al facilismo. Que el Espíritu Santo nos ilumine
el camino y nos acompañe en nuestra búsqueda de paz.
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