Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
sábado, 2 de octubre de 2021
COMO NIÑOS
“El Evangelio de Hoy”: Mt 18, 1-5.10.
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?" Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: "Les aseguro que, si no vuelven a ser como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. Palabra del Señor.
Reflexión
Nuevamente se nos recuerda la enseñanza de Jesús sobre la importancia de las personas en el Reino de Dios. Los discípulos de Jesús, influenciados por las corrientes sociales de su tiempo, se muestran interesados en quien es el
primero, el mayor o el más importante en el Reino de Dios. Esto da pie a lo que se le llama “el sermón de la comunidad” que tiene como palabra clave los “pequeños”. El mayor es aquel que opta por el hermano más pequeño, más
insignificante.
Los pequeños no son los niños, sino también las personas pobres y sin importancia en la sociedad y en la comunidad, inclusive los niños.El Sermón de la Comunidad es para hacer entender que entre los seguidores y las seguidoras de Jesús tiene que estar vivo el espíritu de servicio, de entrega, de perdón, de reconciliación y de amor gratuito, sin buscar el propio interés y autopromoción. En vez de crecer hacia arriba, tienen que crecer hacia abajo, hacia la periferia, donde viven los pobres, los pequeños.
Escandalizar a los pequeños significa: ser motivo para que los pequeños pierdan la fe en Dios y abandonen la comunidad. No podemos permitir, de forma alguna, que los pequeños se sientan marginados en nuestra comunidad. Pues, en este caso, la comunidad dejaría de ser una señal del Reino de Dios. Así vivió Jesús. Sigamos sus huellas y viviremos con él.
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