“El Evangelio de
Hoy”: Lc 5, 33-39
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo dijeron a Jesús los fariseos y
los letrados: "Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los
fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber". Jesús les
contestó: "¿Quieren que ayunen los amigos del novio mientras el novio está
con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán". Y
añadió esta comparación: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para
ponérsela a un manto viejo, porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega
al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres, se
derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate
vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: Está bueno el añejo". Palabra del Señor.
Reflexión
Este primer viernes del mes de septiembre no
olvidemos el amor que Dios nos tiene y sigamos reconociéndolo
y creyendo en él. ¿Cuál es nuestra reacción al escuchar un texto
de los evangelios? La actitud que tomemos frente al Evangelio es
fundamental a la hora de buscar avanzar en la vida cristiana. ¿Nos produce
alegría, nos produce esperanza, nos permite la paz, nos mueve al compromiso? El
Evangelio es una novedad. El Reino también lo es. Una de las tareas urgente de
la vida cristiana, es volver a asumir el Evangelio y el Reino como una novedad
que lo alegra todo y lo hace todo nuevo. Lo contrario sería convertir el
Evangelio en nada, estaría vacío de contenido y de fuerza. “El Evangelio de
Hoy” nos recuerda que el seguimiento de Jesús consiste en escucharlo hablarnos
cada día con nuevos mensajes transformadores y que para apropiarnos esos
mensajes tenemos que renovarnos continuamente.
No caben expresiones estatistas ni actitudes
ancladas en tradiciones estériles. Hemos de estar dispuestos a hacer nuestras
las palabras y los gestos de Jesús para darle vida en nosotros, de manera nueva
de forma que responda a las necesidades de nuestra desfigurada realidad. Las
repeticiones de prácticas, acciones, ritos y posturas que hasta ahora no han
sido capaces de producir la vida, el dinamismo y los frutos que Jesús espera,
no sirve de nada. Dejémonos impulsar por el Espíritu de Jesús que nos llevará a
confiar infinitamente en su promesa de estar siempre con nosotros y a trabajar
junto a él en la construcción del Reino de Dios.
Nos daremos cuenta de que estamos viviendo la
novedad del Evangelio de Jesús cuando importanticemos a nuestros hermanos y
hermanas, cuando busquemos de manera activa, promover el bien y combatir el
consumismo alienante que no nos permite vivir los valores vividos y propuestos
por Jesús. Ánimo! Jesús es el Novio, él está con nosotros y no nos pide ayunos,
nos invita a compartir nuestro pan.
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