“El Evangelio de
Hoy”: Mt 8, 28-34
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo llegó Jesús
a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos
endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a
transitar por aquel camino. Y le dijeron a gritos: "¿Qué quieres de nosotros,
Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?" Una gran piara de cerdos a distancia estaba
hozando. Los demonios le rogaron: "Si nos echas, mándanos a la
piara". Jesús les dijo: "vayan". Salieron y se metieron en los
cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua.
Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los
endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo,
le rogaron que se marchara de su país. Palabra del Señor.
Reflexión
En este Evangelio podemos
sentir la situación por la que está pasando la gente al leer las
descripciones y los símbolos utilizados por el evangelista para hablar de los
endemoniados, de la piara de cerdos y del lago y la gente. Las autoridades
mantienen oprimida a la población y no le permite vivir en paz. Los
endemoniados provienen de sepulcros, de no vida, quizás la situación en que se
encontraban muchas personas, excluidas y marginadas socialmente.
Llama la atención que nombren
a Jesús como Hijo de Dios, que ha venido antes de tiempo a atormentarles. La
realidad de la gente es tan dramática que ni siquiera son capaces de distinguir
la bondad y cercanía de Jesús que libera y sana. Desconfían de todo al creer
que ya nada les salvará de la indignidad en la que están inmersos. Jesús
aprovecha el momento para seguir anunciando lo nuevo, su presencia aporta la
vida y la dignidad a las personas. Aunque la gente quedara con miedo, Jesús le
anuncia la posibilidad de liberarse del yugo opresor y seguir andando.
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