EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 24 de abril de 2021

PALABRA DE VIDA

“El Evangelio de Hoy”: Jn 6, 60-69 Lectura del santo evangelio según san Juan: En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: "Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?" Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto les hace vacilar?, ¿y si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de ustedes no creen." Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede." Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También ustedes quieren marcharse?" Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios." Palabra del Señor. Reflexión En el evangelio de hoy, después de presentarse como el pan de la vida, Jesús comienza a hablar a sus discípulos sobre la persecución, pasión y muerte que le espera. Los discípulos encuentran duro este lenguaje, les asusta el precio que es necesario pagar por anunciar la vida. No se atreven a decirlo directamente a Jesús, como muchos de nosotros, en circunstancias similares, expresan su temor en voz baja. Jesús opone el espíritu que es vida y fuerza a la carne que en la Biblia significa debilidad, limitación, muerte y cobardía. Sus palabras son espíritu y vida. El exigente lenguaje de Jesús provoca que mucho de sus discípulos lo abandonen. El seguimiento de Jesús tiene condiciones que no todos aceptan. Jesús no obliga, sino que invita a seguirlo. Pidamos a Dios que nuestra respuesta a la llamada de Jesús sea como la de Pedro: “¿Dónde vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

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