EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 14 de octubre de 2020

PONGAMOS ATENCIÓN


 

“El Evangelio de Hoy”: Lc 11, 42-46

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

 

En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasan por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, que le encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de ustedes, que son como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!" Un jurista intervino y le dijo: "Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros". Jesús replicó: "¡Ay de ustedes también, juristas que abruman a la gente con cargas insoportables, mientras ustedes no las tocan ni con un dedo!" Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

Una vez más Jesús nos invita a poner por encima de todo a las personas. Jesús nos habla de la primacía del amor y la justicia, de la misericordia y la simplicidad acogedora que nos hará transparentes y cercanos de los demás en vez de exigentes y prepotentes. Jesús nos advierte contra lo que puede llevarnos a la soledad y a la muerte.  El cumplimiento del impuesto de la hierbabuena, la ruda y las verduras, que simbolizan la práctica de los fariseos para quedar bien con las autoridades religiosas, contrasta con el descuido de la justicia, la fraternidad y del amor de Dios, que es lo verdaderamente valioso y trascendente, que hay que observar y cuidar.

 

La situación que vivimos hoy no dista mucho del ambiente social, político y religioso del tiempo de Jesús. Nuestros países están agobiados con impuestos y leyes insoportables, mientras que la mayoría de quienes las promulgan y promueven nadan en mares de corrupción y de impunidad. Ahora, bajo el sufrimiento y las limitaciones impuestos por la pandemia del covid 19, se profundizan las desigualdades vergonzosas. En cuanto a las iglesias y las religiones, abundan los creyentes y los líderes que acentúan bien los ritos externos, las formalidades de la religiosidad, pero no vivimos la alegría de los valores encarnados y enseñados por Jesús. Tenemos mucho camino por andar, dejémonos guiar por Jesús. Encomendemos al señor todos los pueblos naciones y culturas del mundo.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario