“El Evangelio de Hoy”: Lc 11, 42-46
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de
ustedes, fariseos, que pagan el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda
clase de legumbres, mientras pasan por alto el derecho y el amor de Dios! Esto
habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, que le
encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle!
¡Ay de ustedes, que son como tumbas sin señal, que la gente pisa sin
saberlo!" Un jurista intervino y le dijo: "Maestro, diciendo eso nos
ofendes también a nosotros". Jesús replicó: "¡Ay de ustedes también,
juristas que abruman a la gente con cargas insoportables, mientras ustedes no
las tocan ni con un dedo!" Palabra del Señor.
Reflexión
Una vez más Jesús nos invita a poner por encima de
todo a las personas. Jesús nos habla de la primacía del amor y la justicia, de
la misericordia y la simplicidad acogedora que nos hará transparentes y
cercanos de los demás en vez de exigentes y prepotentes. Jesús nos advierte
contra lo que puede llevarnos a la soledad y a la muerte. El
cumplimiento del impuesto de la hierbabuena, la ruda y las verduras, que
simbolizan la práctica de los fariseos para quedar bien con las autoridades
religiosas, contrasta con el descuido de la justicia, la fraternidad y del amor
de Dios, que es lo verdaderamente valioso y trascendente, que hay que observar
y cuidar.
La situación que vivimos hoy no dista mucho del
ambiente social, político y religioso del tiempo de Jesús. Nuestros países
están agobiados con impuestos y leyes insoportables, mientras que la mayoría de
quienes las promulgan y promueven nadan en mares de corrupción y de impunidad.
Ahora, bajo el sufrimiento y las limitaciones impuestos por la pandemia del
covid 19, se profundizan las desigualdades vergonzosas. En cuanto a las
iglesias y las religiones, abundan los creyentes y los líderes que acentúan
bien los ritos externos, las formalidades de la religiosidad, pero no vivimos
la alegría de los valores encarnados y enseñados por Jesús. Tenemos mucho camino
por andar, dejémonos guiar por Jesús. Encomendemos al señor todos los pueblos
naciones y culturas del mundo.
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