EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 19 de abril de 2020

NO SEAS INCRÉDULO SINO CREYENTE




“El Evangelio de Hoy”: Jn 20, 19-31

Lectura del santo evangelio según san Juan:

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a ustedes." Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: "Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo." Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos." Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor." Pero él les contesto: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo." A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a ustedes." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto." Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor.

Reflexión

La duda forma parte de nuestro diario vivir, hoy mucha gente duda de la existencia de Dios, frente a la pandemia que ha paralizado el ritmo de nuestro mundo y sus detalles cotidianos. Por eso, casi todos sintonizamos sin dificultad con la reacción de Tomás, cuando los otros discípulos le comunican que han tenido una experiencia sorprendente: “Hemos visto al Señor”. A lo que Tomás responde claramente que: “Si no lo veo…no lo creo”. Tomás también lo quiere ver para expresarle su adhesión… Señor mío y Dios mío…

Su actitud es comprensible. Tomás no dice que sus compañeros están mintiendo o que están engañados. Solo afirma que su testimonio no le basta para adherirse a su fe. Él necesita vivir su propio encuentro con Jesucristo, propia experiencia. Y Jesús no se lo reprochará en ningún momento, simplemente le invita a creer… a nosotros, también, hoy más que nunca. Sus compañeros discípulos no parecen escandalizarse con la declaración de Tomás. Confesar la fe en Jesús Resucitado fue un proceso largo y progresivo.

Estamos invitados a promover familias que dialogan, grupos de intercambio en nuestras comunidades, dialogo para compartir las experiencias vividas frente a Jesús y su resurrección. Tomás expresa libremente su deseo de vivir su propio proceso de fe. Y Jesús satisface a Tomás mostrándole las manos, el costado y los pies, “signos” de su amor y entrega hasta la muerte. No nos engañemos, mostrando una fe superficial, de oídas y tradiciones que se contenta con repetir plegarias aprendidas, fórmulas y afirmaciones. Buen domingo de la Divina Misericordia.

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