EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 10 de enero de 2019

Quiero


“El Evangelio de Hoy”: Lc 5, 12-16

Lectura del santo evangelio según San Lucas

Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: "Señor, si quieres puedes limpiarme." Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: "Quiero, queda limpio." Y en seguida le dejó la lepra. Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: "Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste." Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar. Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy contemplamos, una vez más, los elementos centrales de la manifestación o revelación de Dios a la humanidad a través de Jesús. Jesús no vino a decir lo que estaba mal y a condenarlo, vino a aportar la fuerza curativa del problema. El principal problema no era la lepra de los enfermos sino la condición marginal en que la sociedad y sus instituciones tenían a los empobrecidos. Jesús siente por este enfermo, se emociona al ver su situación y quiere y decide ayudarlo. La fuerza del sentimiento y la decisión salvan aquel hombre y lo reintegran a su comunidad humana.

Esta experiencia de cercanía y atención que vive el leproso con Jesús es de tal grandeza o magnitud que no lo puede callar por más que Jesús se lo pida. La emoción le hace gritar por todas partes que finalmente él ha sido liberado de la marginalidad, que alguien le ha prestado atención, se ha fijado en él y le ha mostrado su cariño y su respeto. El milagro no se opera solamente en la piel del enfermo sino en su corazón, en su estado de ánimo y en sus relaciones con los demás.

Recordemos que el Evangelio no es una noticia de algo que pasó hace dos mil años. Es la presencia de Jesús vivo y verdadero que nos acompaña hoy y nos invita a dejarnos limpiar y a involucrarnos en la limpieza de los otros que como nosotros están embarrados de injusticias, desigualdades, egoísmos y todo lo que nos separa de los demás que son nuestros hermanos. 

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