EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 11 de enero de 2019

Crecer y Menguar


“El Evangelio de Hoy” Jn 3,22-30

Lectura del Santo Evangelio según san Juan

En aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea, se quedó allí con ellos y bautizaba. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque había allí agua abundante; la gente acudía y se bautizaba. A Juan todavía no le habían metido en la cárcel. Se originó entonces una discusión entre un judío y los discípulos de Juan acerca de la purificación; ellos fueron a Juan y le dijeron: "Oye, rabí, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ése está bautizando, y todo el mundo acude a él." Contestó Juan: "Nadie puede tomarse algo para sí, si no se lo dan desde el cielo. Ustedes mismos son testigos de que yo dije: "Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él." El que lleva a la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar." Palabra del Señor.

Reflexión

Juan el Bautista no es celoso de Jesús y de la buena acogida que tiene. Sabe cuál es su papel. Ya dio testimonio de Jesús “en Betania, al otro lado del Jordán”: “He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Detrás de mí viene uno, que es antes de mí, porque era primero que yo”. Y ahora, ante sus propios discípulos, vuelve a dar testimonio a favor de Jesús, del que él solo es su Precursor: “Ustedes mismos son testigos de que yo dije: Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él… él tiene que crecer y yo tengo que menguar”.

Todos los cristianos tenemos que imitar a Juan el Bautista en su empeño de que Jesús es “el que tiene que crecer y yo tengo que menguar”. A la hora de predicar nunca nos hemos de predicar a nosotros mismos. Siempre a Jesús y de lo que se trata es que nuestros oyentes se queden con Jesús, que es el Hijo de Dios, nuestro Salvador y no con nosotros.

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