EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 28 de junio de 2018

FE Y SENSATEZ


“El Evangelio de Hoy”: Mt 7,21-29

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?" Yo entonces les declararé: "Nunca los he conocido. Aléjense de mí, malvados."
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente." Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas. Palabra del Señor.

Reflexión

Esta parábola subraya que ser cristiano es «escuchar» y «poner en práctica» las palabras que vienen de Jesús. He ahí el camino para construir una Iglesia de seguidores o discípulos de Jesús apuntando a un mundo mejor. Si no se da esto, nuestro cristianismo es «insensato». No tiene sentido. Esto es lo primero que hay que cuidar en la comunidad. ¿Estamos construyendo la Iglesia de Jesús sobre roca, escuchando y poniendo en práctica sus palabras?

Cuestionemos nuestras falsas seguridades y pongámosle nombre concreto a la carencia de verdadera práctica evangélica que podamos encontrar en nuestro ejercicio auto-crítico de revisión de vida cristiana.  No basta confesar a Jesús «Señor», «Señor» si no hacemos la voluntad del Padre, si no amamos, sirviendo a los más empobrecidos. Es hora de cambiar nuestra manera de practicar la fe, tenemos que apuntar hacia la transformación de todo lo que disminuye o lesiona la vida. Así lo hizo Jesús actuando con autoridad. Nosotros somos sus seguidores, debemos ser sus continuadores en el hoy de nuestra historia. Que San Ireneo interceda por nosotros y nos inspire el modo de aceptar el amor de Dios e ir a socorrer a nuestros hermanos y hermanas, pues “La Gloria de Dios es que vivamos.

martes, 26 de junio de 2018

CONFIEMOS EN DIOS Y SIGAMOS ADELANTE


“El Evangelio de Hoy”: Mt 7,6.12-14

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No den lo santo a los perros, ni les echen sus perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozarles. Tratad a los demás como quieren que ellos les traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entren por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos." Palabra del Señor.

Reflexión

La palabra “perro” tiene dos significados: uno se refiere al animal semi-salvaje y callejero que no gozaba de aprecio; y otro se usa para señalar a los paganos o gentiles. Los cerdos eran animales impuros y por tanto rechazados. Las cosas santas y las perlas son lo más precioso; por tanto, la advertencia apunta a desarrollar para todo tiempo y lugar metodologías de evangelización que respondan a la realidad, la historia y la cultura de cada pueblo. Una estrategia que, como dice Mateo, requiere la astucia de la serpiente y la sencillez de la paloma, para que la perla santa del evangelio sea bien recibida y asimilada.

El mensaje del evangelio de hoy quiere animar a la comunidad para que no pierda la fe en medio de las dificultades de la misión. En el camino de la vida, la puerta ancha es siempre más atractiva, pero al mismo tiempo llena de tentaciones y espejismos. La puerta estrecha, a pesar de las dificultades, es más segura para vivir la experiencia de Dios. Se trata de vivir una espiritualidad que nos permita, por un lado, nuestra libertad y por otro nuestra conciencia y nuestra responsabilidad. Lo otro sería caminar o vivir al azar, sin opciones, sin compromisos, sin planes ni objetivos determinados. Gracias a Dios contamos con su sabiduría y su respaldo permanente.

sábado, 23 de junio de 2018

NO PREOCUPARNOS DE MÁS


“El Evangelio de Hoy”: Mt 6,24-34

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estén agobiados por la vida, pensando qué van a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Miren a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, su Padre celestial los alimenta. ¿No valen ustedes más que ellos?
¿Quién de ustedes, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué se agobian por el vestido? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y les digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? No anden agobiados, pensando qué van a comer, o qué van a beber, o con qué se van a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe su Padre del cielo que tienen necesidad de todo eso. Sobre todo busquen el reino de Dios y su justicia; lo demás se les dará por añadidura. Por tanto, no se agobien por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos." Palabra del Señor.

Reflexión

Creo que el secreto está en no dar más importancia de la cuenta a uno de los elementos de nuestra vida. Nosotros los seres humanos somos complejos, necesitamos realizar distintas áreas de nuestras vidas. No podemos esclavizarnos Agobiándonos más de la cuenta por satisfacer una necesidad. La radicalidad de Jesús en la expresión “No pueden estar al servicio de Dios y del dinero”, causa espanto hasta hoy, pues toda nuestra lógica sistémica rinde culto al mercado, al dinero, al aumento de las exportaciones, al rigor fiscal, sin que la preocupación primera sea hacer visible el Reino de Dios para los sin tierra, sin techo, sin escuela, sin salud, sin agua y sin identidad.

No es fácil elegir entre lo que es bueno para todos y lo que es bueno para el bolsillo y los intereses personales de pocos. Antes que el Reino de Dios están las “añadiduras” del tener, el poder, el imponer y el dominar. La crítica se dirige sobre todo a aquellos que, por preocuparse por los bienes materiales, no experimentan la gratuidad, la fraternidad y el sueño de un mundo con los valores del Reino. Oremos hoy pidiéndole a Jesús que nos conceda poder ser personas normales y equilibradas que pueden servirse de todos los elementos de nuestro mundo, con medida y con conciencia, sabiendo que no estamos solos en este mundo, tenemos hermanas y hermanos. 

jueves, 21 de junio de 2018

ORACIÓN SINCERA


“El Evangelio de Hoy”: Mt 6,7-15

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando recen, no usen muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No sean como ellos, pues su Padre sabe lo que les hace falta antes de que lo pidan. Ustedes recen así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonan a los demás sus culpas, también su Padre del cielo los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre perdonará sus culpas." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

No es raro que abundemos en palabras intentando persuadir en una carrera absurda en busca de sobresalir y llamar a la atención. Jesús nos aconseja que al dirigirnos a Dios nos ahorremos las palabrerías vacías y repetitivas y le llamemos Padre. Lo que Jesús nos aconseja es que nuestra oración, nuestro diálogo con Dios sea una confesión de nuestra fe en él. Que utilicemos palabras sencillas, espontáneas y confiadas, porque “nuestro Padre sabe lo que nos hace falta antes de que lo pidamos”. Nuestra oración debe estar orientada a hacer su voluntad “aquí en la tierra, como en el cielo”. Y su voluntad es que a nadie falte su pan cotidiano, y que hombres y mujeres aprendamos a vivir en el perdón y en la reconciliación. El pan para todos y el perdón, son condición de autenticidad en la vida cristiana. Si creemos esto ya nos estaremos alejando de las tentación de convertir a Dios en nuestro esclavo para que satisfaga nuestras curiosidades y antojos y lo estaremos adorando en espíritu y verdad. No nos olvidemos de hacer algo concreto cada día a favor de alguien necesitado.

miércoles, 20 de junio de 2018

PRÁCTICA SINCERA


“El Evangelio de Hoy”: Mt 6, 1-6.16-18

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuiden de no practicar su  justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recen, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunen, no anden cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará." Palabra del Señor.

Reflexión

Opino que nuestra práctica religiosa debe surgir de nuestra experiencia de Dios. Existe una práctica heredada de nuestra tradición y nuestra cultura religiosa, de nuestra familia, pero la fe madura o adulta exige una práctica consciente y comprometida con el Dios que se nos revela en nuestra vida personal y comunitaria. 
La limosna, la oración y el ayuno son tres obras de piedad muy propias de la religiosidad judía. La preocupación de Jesús no es por su cumplimiento, sino por la forma en que se realizan las prácticas religiosas. El ejercicio de la justicia y de la piedad no debe hacerse sólo por el aplauso, la autopromoción o la alabanza popular. Jesús advierte que la limosna debe ser una muestra de generosidad, de solidaridad y de amor gratuito, y no debe hacerse pensando en la “foto” del héroe, sino en el hermano necesitado.
La experiencia de Dios no puede tener su fuerza en la fachada exterior, sino sobre todo en la fortaleza interior. Dios ve en lo profundo la bondad del corazón y, sólo cuando hay bondad en nuestro corazón, las acciones externas van impregnadas del amor de Dios. Que Dios nos llene de su amor para poder vivirlo como camino de liberación y salvación.

martes, 19 de junio de 2018

SER EXTRAORDINARIOS


“El Evangelio de Hoy”: Mt 5,43-48

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, y recen por los que les persiguen. Así serán hijos de su Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si aman a los que los aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto." Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy somos invitados por el evangelio a ir más allá de lo ordinario al vivir nuestra fe cristiana y católica. El Evangelio nos presenta el tema del amor al prójimo. Para el seguidor y la seguidora de Jesús y continuador de su obra, el amor es un imperativo. Para Jesús el amor es un mandato divino. Quien no ama no tiene el Espíritu de Jesús, no camina por su propuesta liberadora. Pero el amor que plantea Jesús va más allá de los familiares, cercanos, conocidos y amigos; alcanza el horizonte de los enemigos. Este amor a los enemigos es esencia de la vida cristiana. Amar al enemigo significa haber conocido a Dios y a Jesús en profundidad, haber destruido las raíces que alimentan el afán de dominio. Por eso decimos que el bautismo no es cuestión de un día, es algo que vamos viviendo hasta llegar a la perfección. Amar como Dios nos ama, viviendo los valores que Jesús nos ha enseñado. Eso es lo extraordinario en nuestro mundo.  La paz sea con ustedes.

jueves, 14 de junio de 2018

OPTAR POR LA PROPUESTA DE DIOS


“El Evangelio de Hoy”: Mt 5,20-26.

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si no son mejores que los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos. Han oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo les digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras van todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Dios siempre puede hacer algo para salvarnos, para él nadie está definitivamente perdido. Su gloria es la vida de sus criaturas, pero somos llamados a optar libre y conscientemente por la salvación que Dios nos ofrece. No hay nada garantizado en la maldad del malvado o en la bondad del justo. La suerte de uno u otro, puede cambiar. Jesús nos invita a esforzarnos por superar las formalidades religiosas y a integrarnos en la construcción de su Reino: “Si no son mejores que los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los cielos”.

La puesta en práctica de los valores de ese Reino pone en entredicho muchas creencias y prácticas religiosas que atentan contra ellos. El evangelio de Hoy reclama una mayor coherencia de nuestra parte: “Por tanto…vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar su ofrenda”. La fraternidad nace de sabernos todos y todas hijos e hijas del mismo Padre Bueno y misericordioso. La conversión y la religiosidad pasan por el amor y el servicio hacia nuestro prójimo.  No hay tiempo que perder, la reconciliación es urgente. Este es el tiempo del Señor, aprovechémoslo para vivir la salvación.

miércoles, 13 de junio de 2018

El amor es nuestra Ley


“El Evangelio de Hoy”: Mt 5,17-19

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Les aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Es fácil llegar a la conclusión contraria al leer muchos de los textos de los evangelios que nos presentan a Jesús criticando la ley. Pero no, Jesús no está en contra de la ley, él es quien la vive totalmente haciendo la voluntad de Dios y viviendo su misión sin importarle las consecuencias. La práctica de Jesús no suprime la ley, pero si la saca de su círculo reducido y desencarnado de la formalidad vacía y la lleva a su plenitud: “No he venido a abolir, sino a dar plenitud”. Siendo coherente y consecuente, en sus palabras y en sus obras, con las enseñanzas más auténticas de la ley, Jesús lleva ésta a su plenitud. En la ley, vivida y cumplida fielmente y en su espíritu original, yendo más allá de su mera formulación y dejando atrás la forma para vivir el fondo, encuentra Jesús un camino de vida. Nosotros y nuestras comunidades también estamos llamados a encontrar la manera de vivir plenamente la ley del amor para poder realizarnos como personas.

martes, 12 de junio de 2018

DAR SABOR, ILUMINAR Y PRESERVAR


“El Evangelio de Hoy”: Mt 5, 13-16

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una vela para meterla debajo de un celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así su luz a los hombres, para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que está en el cielo". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Somos la sal y la luz enviados a dar sabor y a iluminar. Esta es una condición muy exigente de parte de Jesús pero al mismo tiempo es un privilegio. Saborear  e iluminar con la fuerza de Jesús es único. Los evangelios nos presentan a Jesús en el ejercicio de dar sabor a la vida de la gente. Les invita y nos invita a vivir intensamente lo que somos y a encontrar la alegría y el gozo en vivir volcados hacia los demás, sirviendo y animando su vida. La vida tiene sabor cuando tiene sentido, cuando se orienta hacia adelante con la fuerza de los valores que dignifican y humanizan. Esa misma práctica ilumina, aclara y potencia la vida de los hombres y mujeres.

En la vida diaria dar sabor, preservar de la corrupción e iluminar la vida propia y la de los demás significa, tener fe, ejercitarnos en el buen humor, sonreír, disfrutar de lo que somos y de lo que tenemos, servir de apoyo a los demás en determinadas situaciones de debilidades, ver lo positivo y lo bueno… Así es como podremos iluminar y dar sabor a la vida, en medio de las corrientes contrarias con las que nos encontramos cada día. Somos sal y luz cuando revestimos nuestra vida de muchos valores y actitudes que construyan comunidad de hermanos y hermanas. Valores de solidaridad, compasión, cuidado, amor, amistad y fraternidad. Continuemos creciendo en nuestra capacidad de respuesta al Evangelio.

martes, 5 de junio de 2018

LO DE DIOS ES LA VIDA DIGNA


“El Evangelio de Hoy”: Mc 12, 13-17

Lectura del santo evangelio según San Marcos

En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?" Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: "¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea." Se lo trajeron. Y él les preguntó: "¿De quién es esta cara y esta inscripción?" Le contestaron: "Del César." Les replicó: "Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios." Se quedaron admirados. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

A Dios lo que es de Dios. A Jesús se le ve siempre preocupado por suscitar y desarrollar, en medio de aquella sociedad, una vida más sana y más digna. Pensemos en su actuación en el mundo de los enfermos: Jesús se acerca a quienes viven su vida de manera disminuida, amenazada e insegura, para despertar en ellos una vida más plena. Pensemos en su acercamiento a los pecadores: Jesús les ofrece el perdón que les haga vivir una vida más digna, rescatada de la humillación y el desprecio. Pensemos también en los endemoniados, incapaces de ser dueños de su existencia: Jesús los libera de una vida alienada y desquiciada por el mal.

El punto de partida, básico y fundamental es «esta vida» y, de hecho, Jesús se preocupó de lo que aquellas gentes de Galilea más deseaban y necesitaban que era, por lo menos vivir, y vivir con dignidad. El punto de llegada y el horizonte de toda la existencia es «vida eterna» y, por eso, Jesús despertaba en el pueblo la confianza final en la salvación de Dios. Nosotros  exponemos la fe con tal complicación de conceptos y palabras que, a la hora de la verdad, pocos se enteran de lo que es exactamente el Reino de Dios del que habla Jesús. Sin embargo, las cosas no son tan complicadas. Lo único que Dios quiere es esto: una vida más humana para todos y desde ahora, una vida que alcance su plenitud en su vida eterna. Por eso, nunca hay que dar a ningún César lo que es de Dios: la vida y la dignidad de sus hijos.

sábado, 2 de junio de 2018

LA AUTORIDAD DE JESÚS Y LA NUESTRA


  • "El Evangelio de hoy": Mc 11,27-33:
  •  
  • Lectura del santo evangelio según san Marcos


En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron: « ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?»
Jesús les respondió: «Les voy a hacer una pregunta y, si me contestan, les diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme.»
Se pusieron a deliberar: «Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué no le han creído?" Pero como digamos que es de los hombres...» (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta.)
Y respondieron a Jesús: «No sabemos.»
Jesús les replicó: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.» Palabra del Señor

Reflexión

A Jesús se le pregunta sobre su autoridad. Es una de las preguntas importantes que ha de responder durante su ministerio público. No solamente recibe el cuestionamiento -con qué autoridad hacía las cosas-, sino también sobre quién le había dado tal autoridad.

En cuanto a este tema, nosotros nos movemos siempre en los polos autoridad-poder. Se recibe una autoridad que viene de diferentes fuentes. Y la ejercemos con poder, pasando del servicio al dominio, de ser servidores a ser servidos.

Esta no es la única vez que Jesús tiene que lidiar con esta cuestión. Los mismos discípulos estaban en la lógica del poder cuando el Señor los hacía participar de la experiencia del amor como servicio, como acogida, como atención a la persona y sus necesidades. 

Tenemos una mala experiencia del ejercicio de la autoridad, en cuanto se convierte en una forma de dominar, de aplastar, de doblegar. Autoridad que debía ser entendida como dar lo mejor de sí mismo para el bien de los demás, aportando los talentos que nos permiten servir tal como se espera de nosotros o la confianza de la tarea que se nos ha encomendado. El mismo Jesús recordó a los jefes de las naciones, que no sirven para servir.

Jesús tenía autoridad y la puso en manos de su Iglesia. Nos dio su espíritu y con él la paz, la alegría, el perdón, la amistad. Su autoridad tenía el poder perdonar, sanar, acoger, despertar los dinamismos humanos que liberan y realizan a las personas. Esa autoridad la recibió la Iglesia, que ha de estar en el mundo como la que sirve, escucha, acoge. Desgraciadamente el ejercicio del poder se impone a la autoridad tal como la ejerció Jesús, la que surge del amor, del respeto y de la igualdad fraterna.