“El Evangelio de
Hoy”: Lc 9, 7-9
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo,
el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque
unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros
que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía:
"A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes
cosas? Y tenía ganas de verlo. Palabra del Señor.
Reflexión
Jesús llama a
la atención de la gente. Muchos son los que se hacen la pregunta
sobre su identidad. La misión de los Doce ha incrementado notablemente el
impacto que Jesús produce en la sociedad de su tiempo. Tanto es así que
inclusive uno de los reyes, Herodes, comienza a preocuparse y ve en él una
continuación de la acción del profeta Juan, aunque con mayor poder y bajo unos
signos excepcionales. Pero el interés de Herodes no pasaba de ser una
curiosidad personal y una preocupación política. Su inquietud no le viene de un
deseo de cambio y de adhesión a su causa.
Pero Jesús no
puede ser simplemente un personaje de moda. La experiencia profunda de un Dios
que nos ama y nos acompaña en nuestras búsquedas hay que vivirla en el
encuentro personal con Jesús, su palabra su ternura.
A diferencia de
los grandes personajes, una masa anónima de gente pobre y marginada busca a
Jesús para aprender de él, para escuchar su mensaje de salvación. Pero sólo un
diminuto grupo de personas se atreve a acompañarlo por el camino hacia
Jerusalén, y un grupo aún más reducido continúa su misión después de su muerte
para anunciar su resurrección. El Evangelio de Hoy nos invita a preguntarnos
quién es Jesús para nosotros, en qué grupo de buscadores de Jesús nos situamos
nosotros, qué pasos damos para vivir un encuentro personal con Jesús.
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