“El Evangelio de Hoy”: Lc 9, 1-6
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel
tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de
demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el Reino de
Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: "No lleven nada para el
camino: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero; tampoco lleven túnica de
repuesto. Quédense en la casa donde entren, hasta que se vayan de aquel sitio.
Y si alguien no los recibe, al salir de aquel pueblo sacúdanse el polvo de los
pies, para probar su culpa".
Ellos de
pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y
curando en todas partes. Palabra del Señor.
Reflexión
En la fiesta de
san Vicente de Paúl se nos recuerda que el anuncio del Reino de Dios es la
misión de Jesús y para llevarla a cabo él envía a sus discípulos con poder y
autoridad. El poder que él les transmite es el de amar incondicionalmente a
todos los seres humanos, especialmente a los pobres y pecadores. La autoridad
es la que nace de una interpretación transformadora de la Escritura. A
diferencia del poder de dominación que todos los grupos religiosos y políticos
utilizan para manipular a las demás personas, Jesús ejerce un poder restaurador
que reconcilia a los seres humanos entre sí, con la naturaleza y con Dios.
Los discípulos
no tienen que inventar nada, su misión no es propia, aunque deben realizarla
desde lo que son y sienten. Su misión es continuación de la que
Jesús mismo realiza: luchar contra el mal, sanar las dolencias, liberar de las
esclavitudes y anunciar la Buena Noticia. La exigencia es la misma que él
asume: libertad en el camino y gratuidad en la casa. Han de recordar siempre el
modo de vida, la manera como Jesús vive y actúa. El anuncio es acompañado de
signos, de iniciativas comunitarias tendentes a dejar ver la presencia de Dios
actuando a favor de su pueblo. Estos signos muestran también la fuerza
comunitaria transformadora de todo aquello que daña la dignidad humana y la
construcción de una fraternidad capaz de superar toda miseria y todo
sufrimiento gratuito y sin sentido.
Finalmente,
Jesús exige a sus seguidores ser sencillos, humildes, pobres (como él). El
exceso de equipaje y de medios retrasaría la actividad evangelizadora. La
construcción de casas propias les haría instalar y distraería de lo
fundamental. El evangelio que los discípulos y discípulas comunican cambiará la
situación de todas las personas que lo acepten y lo practiquen. Como discípulos
de Jesús tenemos la oportunidad y la misión de llevar su mensaje reconciliador,
dignificante a todas las situaciones y lugares, para que la autoridad de la libertad
y el poder del amor transformen todas las situaciones que no responden a
la justicia y la fraternidad que expresan la presencia del Reino de Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario