EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 16 de septiembre de 2017

FRUTOS DE FE Y CONFIANZA

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 6, 43-49

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: "No hay árbol sano que dé fruto dañoso, ni árbol dañado que dé fruto sano. Cada árbol se conoce por su fruto: porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos. El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal, porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca. ¿Por qué me llaman "Señor, Señor", y no hacen lo que digo? El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, les voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida. El que escucha y no pone por obra, se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó desplomándose". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Otra vez se nos advierte de la necesidad de armonizar nuestra profesión de fe con nuestra vida práctica. No sirve de nada decirnos cristianos si no luchamos por vivir el estilo de Jesús y su enseñanza. Por más que sepamos sobre la persona de Jesús, si no asumimos seriamente su seguimiento, estamos perdiendo miserablemente nuestro tiempo. La bondad del corazón es un don, pero también es como una semilla que debemos cultivar y alimentar todos los días para que los frutos del amor puedan brotar de nuestros corazones y así, contagiar al mundo que nos rodea. La bondad del corazón tiene su mejor alimento en la Palabra de Dios.

Una Palabra que como una roca debe convertirse en la base para la construcción de una vida cristiana bondadosa, generosa, solidaria y comprometida con la causa de Jesús. Ahora que estamos celebrando el mes de la Biblia, aprovechemos para fijarnos objetivos y metas claras a partir de su lectura y de su estudio. Es la Biblia la que nos proclama, privilegiadamente, la Palabra de Dios.  Seamos sabios: construyamos nuestras vidas sobre la roca que es la Palabra de Dios.

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