“El Evangelio de Hoy”: Mt 8, 23-27
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos
lo siguieron. De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca
desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron los discípulos y lo
despertaron, gritándole: "¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!" Él les
dijo: "¡Cobardes! ¡Qué poca fe!" Se puso en pie, increpó a los
vientos y al lago, y vino una gran calma. Ellos se preguntaban admirados:
"¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!" Palabra del Señor.
Reflexión
Mientras que Jesús está muy tranquilo descansando, sus
seguidores están temblando del miedo e inquietos ante las
dificultades confrontadas desde los inicio de sus seguimiento. Hoy
sabemos que se trata de las dificultades que afrontaron las comunidades
cristianas, las persecuciones, encarcelamientos y muertes que sufrieron los
creyentes en momentos concretos de los inicios de la Iglesia.
El Evangelio de Hoy también quiere ser un llamado
de advertencia a los seguidores de Jesús, a nosotros. ¿A quién
acudimos cuanto tenemos dificultades? ¿Vivimos nuestra fe en Jesús o nos
olvidamos de Él? Quienes optan por Jesús no tienen otra alternativa que acudir
a él como Salvador y Maestro. Cuando la fe es vulnerable a tantas propuestas,
se hace urgente volver al Evangelio como fuente innegociable de todo
comportamiento humano; volver a Jesús y su Palabra, despertarlo para que nos
ayude a afrontar las turbulencias del mal, de los proyectos generadores de
pobreza e injusticia.
Acerquémonos, entonces, con humildad a Jesús y digámosle
que nos dé la fuerza suficiente para superar toda tormenta y que acreciente
nuestra fe, para no ceder ante propuestas que deshumanicen. Y que nos mantengamos
vinculados los unos y los otros desde la enseñanzas de Jesús.
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