“El Evangelio de
Hoy”: Mc 9, 1-12.
Lectura
del santo Evangelio según San Marcos.
En aquel tiempo, Jesús se llevó a
Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró
delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no
puede dejarlos ningún batanero
del mundo. Se les aparecieron
Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces
Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: Maestro ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para
ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban
asustados y no sabía lo que decía. Se
formó una nube que lo cubrió y salió una voz de la nube: Este es mi Hijo amado;
escuchadlo. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús,
solo con ellos. Cuando bajaban de
la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre
resucite de entre los muertos. Esto
se les quedó grabado y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos. Le preguntaron: ¿Por qué dicen los
letrados que primero tiene que venir Elías? Les contestó él: Elías vendrá primero y lo
restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito
que el Hijo del Hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Les digo que Elías ya ha venido y han
hecho con él lo que han querido, como estaba escrito. Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Este
texto evangélico quiere afianzar la fe de aquellos tres apóstoles que eran
ciertamente influyentes entre los miembros de la comunidad de discípulos de
Jesús. Ellos fueron privilegiados para que, a su vez, ayudaran a sus compañeros
a confiar plenamente en Jesús. La participación de Moisés y Elías nos ayuda a unir el Antiguo y el Nuevo
Testamento en una revelación progresiva de Dios a su pueblo, desde la llamada
de Abrahán a salir de su tierra y aventurarse hacia la tierra prometida por
Dios, hasta la presencia de Jesús como Dios con nosotros que nos aclara el
camino de la salvación. El significado de la transfiguración no fue
captado en su totalidad por Santiago, Pedro Y Juan en aquel momento, pero les
preparó a vivir los acontecimientos de la persecución, muerte y resurrección de
Jesús como una unidad de fe y de esperanza. Ya en la Realidad, los discípulos
de Jesús siguieron su proceso de aprendizaje para su misión testimonial.
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