EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 4 de enero de 2017

VENGAN Y VERÁN

“El Evangelio de Hoy”: Jn 1,35-42

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: "Éste es el Cordero de Dios." Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: "¿Qué buscan?" Ellos le contestaron: "Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?" Él les dijo: "Vengan y lo verán." Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)." Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Lo que Juan Bautista indica a sus discípulos es la necesidad de seguir a Jesús. Sabe que su ciclo se termina y no quiere que el proceso se detenga. Ha llegado el momento de seguir aquel que salva, que perdona, que ama. Juan era quien invitaba a la conversión y Jesús el que aporta el perdón; Juan amenaza predicando a un Dios vengador y castigador, Jesús encarna un Dios misericordioso y bueno, es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo con amor y ternura. El resultado deberá ser el mismo, acoger la propuesta de Dios y cambiar de vida. Frente a Juan Bautista por la inminente llegada del Mecía e irrupción del Reino, frente a Jesús, por la muestra de cercanía, amor  solidaridad, perdón y autoridad que irradia.

Hemos de ser testigos del amor de Dios como personas y como grupos. No se puede conocer la Gran Noticia del Dios que nos ama, sin testificar al mundo la belleza y la grandeza del Dios solidario con la causa humana que nos reveló Jesús. Para ser testigos tenemos primero que conocer a Jesús, vivir un encuentro intenso con él, y como Andrés y su compañero, y permanecer con él para conocerlo y seguirlo. Jesús está vivo, está presente en medio de su pueblo. El Evangelio de Hoy nos sigue invitando a asumir la causa de Jesús, la causa del Reino de Dios, como la nuestra. Jesús nos garantiza su apoyo continuo que nos aportará las alegrías presentes  y eternas.

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