EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 19 de enero de 2017

INSTRUIR A SUS DISCÍPULOS

“El Evangelio de Hoy”: Mc 3, 7-12

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos:

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: "Tú eres el Hijo de Dios". Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El relato del Evangelio de Hoy es una síntesis de la actividad misionera de Jesús. San Marcos resume en algunas líneas los acontecimientos que hemos venido leyendo la última semana. Anuncia el desarrollo que seguirá en su misión y el ambiente reinante en medio de todos esos acontecimientos. A partir de los conflictos vividos con las autoridades políticas y religiosas Jesús se retira a la orilla del lago de Galilea. Pero si en los textos anteriores lo encontramos sólo caminando e invitando a seguirlo a sus primeros discípulos, ahora Jesús está rodeado de una muchedumbre venida de una variedad de naciones y pueblos, de cerca y de lejos. No vienen para escuchar el discurso liberador de la Buena Noticia de Jesús sino buscando sanación.

Son tantos y tantas los que le siguen que Jesús teme por su integridad y se aparta un poco en una lancha para hablarles desde el lago. Aunque lo parezca, no podemos decir que Jesús sienta que finalmente está logrando su objetivo de despertar la fe de estas personas. Este resumen nos está anunciando un cambio de estrategia de Jesús quien en lo adelante, sabiendo la trama de los fariseos y los herodianos para hacerlo morir, se dedicará a la formación de sus discípulos y discípulas y a la enseñanza de la muchedumbre sobre el sentido de su misión.

La acusación que pesa sobre Jesús es basada en su pretendido señorío sobre el sábado, su poder para perdonar pecados y su blasfemias, resaltadas por los malos espíritus que gritan tú eres el Hijo de Dios. Consciente de la composición de la muchedumbre y  del odio que le tienen los jefes religiosos se dedicará, en lo adelante, a estructurar el grupo de sus discípulos y a instruirlos en lo que deberá constituir su misión.

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