EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 22 de enero de 2017

CREER ES SEGUIR A JESÚS

“El Evangelio de Hoy” Mt 4, 12-23.

Lectura del santo evangelio según san Mateo

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.» Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: -«Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos.» Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: -«Vengan y síganme, y los haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Quizás después de veinte siglos, los cristianos necesitamos recordar de nuevo que el elemento esencial y primero de la fe cristiana consiste en seguir a Jesucristo. Creer en Jesús es seguirle. Seguir a Jesús es, inspirarse en él para continuar hoy de manera responsable la obra apasionante de «redención del hombre» comenzada con él y por él. Asumir las grandes actitudes que dieron sentido a su vida y vivirlas hoy en nuestro propio contexto histórico de manera creadora. Ser cristiano es ir descubriendo poco a poco el significado salvador que se encierra en Jesús, irse identificando con las actitudes fundamentales que dieron sentido a su existencia, ir adquiriendo su «estilo de vida».
Se trata de creer lo que él creyó, dar importancia a lo que él le dio, interesarse por lo que él se interesó, defender la causa que él defendió, mirar a los hombres y mujeres como él los miró, acercarse a los necesitados como él lo hizo, amar a las gentes como él las amó, confiar en el Padre como él confió, enfrentarse a la vida con la esperanza con que él se enfrentó. Así, la vida cristiana se vuelve una aventura constante de renovación, un irse haciendo personas nuevas. ¿A quién seguimos en nuestra vida, qué mensajes escuchamos, a qué líderes nos adherimos, qué causas defendemos y a qué intereses obedecemos?


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