EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

martes, 4 de octubre de 2016

ESCOGER LA PARTE MEJOR

“El Evangelio de Hoy”: Lc 10, 38-42

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano." Pero el Señor le contestó: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La vida diaria nos presenta muchas dificultades a la hora de discernir la mejor manera de realizar nuestra historia personal y comunitaria. La  vida de familia, el trabajo agobiante que nos permite ganar el pan cotidiano, las relaciones con los demás, los obstáculos a todos los niveles que hay que enfrentar. No resulta fácil priorizar a qué atender primero ni cómo hacerlo. El Evangelio de Hoy nos presenta a Jesús en casa de Marta, María y Lázaro, tres hermanos que se hicieron íntimos amigos de Jesús y donde Jesús gustaba ir a descansar, próximo a Jerusalén. La lectura nos sitúa en el nivel de la vida y las relaciones cotidianas de dos hermanas que actúan con Jesús de modo diferente. A Marta le absorben los quehaceres domésticos de la casa, como puede sucederle a muchos hombres y mujeres hoy en nuestras comunidades y en nuestras parroquias. En cambio, María asume el camino de discípula, que, poniéndose a los pies de Jesús, expresa su deseo de seguirle y de escuchar su palabra.

María hizo la mejor elección. Jesús no subvalora la labor de Marta. Con Jesús incluso habría que recriminar a quienes no valoran el trabajo arduo y abnegado de las mujeres en la dirección de sus hogares y a quienes consideran su trabajo como inferior y de menor valor al de otras personas. Pero queda de manifiesto que, como cristianos, el discipulado es como una carta de navegación que debe orientar por el buen camino todo lo que hagamos o digamos. No es cuestión de preguntarnos, como muchos lo han hecho hasta hoy, ¿Qué hay que hacer primero? Es cuestión de hacerlo todo informados, inspirados, animados por Jesús. Tengamos en cuenta sus palabras, sus actitudes y sus gestos. Vivamos nuestra vida al estilo y modo de Jesús. Pidamos al Señor que nos de la humildad, pobreza y sencillez de san Francisco de Asís para entender su voluntad y vivirla en armonía con la naturaleza.

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