EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

jueves, 5 de febrero de 2015

"ELLOS SALIERON A PREDICAR"

“El Evangelio de Hoy”: Mc 6,7-13
 
Lectura del santo evangelio según san Marcos:
 
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quédense en la casa donde entren, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si un lugar no lo recibe ni lo escucha, al marcharse sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN.
 
Jesús no es un solitario ni un franco tirador. Desde el principio se Busca colaboradores para vivir y compartir su misión. De dos en dos, como se acostumbraba en aquel tiempo, Jesús envía a sus discípulos a predicar en los pueblos vecinos de Nazaret para completar lo que ya él mismo había iniciado. Los enviados reciben instrucciones concretas las cuales debemos tener nosotros hoy en cuenta a la hora de ser portadores del mensaje de Jesús. La misión tiene que ser vivida con simplicidad y pobreza, al estilo que vive la mayoría de la gente, con solo lo esencial. Nada debe estorbar la proclamación del Reino de Dios. Es necesario dejar que el Evangelio aparezca con toda su fuerza. Jesús no le dice a sus enviados cual debe ser el contenido de su prédica, pero le instruye sobre el como deben ir, su ser, sus actitudes. Para Jesús su testimonio de vida es más imortante que su testimonio de palabra.
 
Los seguidores de Jesús dependerán de la acogida que le den las personas a quienes se dirigen, no de ventajas ni de privilegios de la sociedad. Solo un profundo sentido de Dios, una confianza absoluta en él, el rechazo de privilegios sociales y económicos, una auténtica pobreza personal y el ejercicio no profesional del papel de evangelizador, permitirá que demos testimonio y seamos verdaderos motivadores de conversión. Somos invitados por Jesús a ir sin nada, comer lo que el pueblo les ofrece, hospedarnos en las casas donde somos acogidos y cuidar de los enfermos y de los necesitados. Cuatro puntos básicos que marcarán la actitud de los misioneros y misioneras que anuncian la Buena Nueva.

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