EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 11 de enero de 2015

"TU ERES MI HIJO AMADO"

“El Evangelio de Hoy”: Mc 1,7-11 Lectura del santo evangelio según san Marcos: En aquel tiempo, proclamaba Juan: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo." Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”. Palabra del Señor. Reflexión El mensaje más importante de la fiesta del Bautismo de Jesús es el hecho de escuchar la voz del Espíritu Santo confirmándolo como el Hijo Amado de Dios. A partir de ahí Jesús comienza a vivir su misión de revelar al mundo el amor incondicional de Dios por la humanidad. Sabiéndose Hijo amado, lo único que le interesa es que los demás sientan el mismo amor que él siente de parte de Dios. Sólo a partir de saberse amado por Dios podremos nosotros también dar pasos seguros de compromiso y entrega total por la causa de Dios nuestro Padre. Y esa es la tarea del Espíritu Santo, irnos actualizando, irnos renovando la conciencia de hijos e hijas de Dios. Para ello tenemos que mostrarnos interesados por el mensaje que Dios nos dirige hoy a través de sus Espíritu. Si buscamos o pretendemos tener una vida completamente autosuficiente frente a Dios, si no somos capaces de acudir al Espíritu a pedirle su luz y su sabiduría, entonces nos debilitaremos y nuestro entusiasmo caerá por el suelo. La alegría nos viene de sabernos amados y acompañados por Dios a través de su Espíritu. Así Animado por este mismo Espíritu Jesús se dedica a liberar la vida, a curarla y hacerla más humana. Sin ese Espíritu todo se apaga en el cristianismo. La confianza en Dios desaparece. La fe se debilita. Jesús queda reducido a un personaje del pasado, el Evangelio se convierte en letra muerta. El amor se enfría y la Iglesia no pasa de ser una institución religiosa más. Sin el Espíritu de Jesús, la libertad se ahoga, la alegría se apaga, la celebración se convierte en costumbre, la comunión se resquebraja. Sin el Espíritu la misión se olvida, la esperanza muere, los miedos crecen, el seguimiento a Jesús termina en mediocridad religiosa. No nos olvidemos de Jesús, Él es nuestro Maestro, es a Él a quien seguimos. No olvidemos su Espíritu Santo, Jesús nos lo regala para que nos actualice con su luz. Con la gracia del Espíritu Santo tendremos una espiritualidad fuerte para ofrecer sostén y consuelo a nuestro mundo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario