EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 5 de octubre de 2014

PRODUCIR LOS FRUTOS ESPERADOS POR DIOS

“El Evangelio de Hoy”: Mt 21,33-43

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo. 

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo: "Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: vengan, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?" Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y Jesús les dice: "¿No han leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se les quitará a ustedes el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Esta parábola es una invitación urgente a producir los frutos del Reino de Dios. Se le ha dedo el nombre de la parábola de los viñadores homicidas porque en ella se menciona el asesinato del hijo del propietario de la viña. Los responsables de la viña reaccionan violentamente contra los enviados a recoger los frutos de su trabajo. ¿De qué frutos estamos hablando? Se trata del derecho y la justicia de los cuales también nos habla el profeta Isaías en la Primera lectura Is 5,1-7. Establecer la justicia y el derecho es una de las grandes exigencias de Dios en el Antiguo Testamento. Es ahí donde el pueblo expresa la fidelidad o no a la Alianza. El Dios de la vida y del amor quiere que en medio de su pueblo reine la justicia y se respete el derecho de todos y todas, en particular, de los más débiles y pobres. Esos son los frutos que debemos dar nosotros también hoy.

¿Estamos nosotros produciendo lo que Dios nos pide hoy? ¿Cuáles son los signos del Reino de Dios que nosotros estamos produciendo? Somos invitados a no arriesgar todo lo que Dios nos ofrece con su amor, su perdón, su misericordia y compasión. Seamos gratos y respondamos con una fe y una esperanza práctica, a la llamada que Jesús nos hace a renovar nuestro compromiso con Dios sirviendo a nuestros hermanos y hermanas. Estamos a tiempo, Dios sigue amándonos y acompañándonos. Buen Domingo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario