EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 1 de septiembre de 2014

ABIERTOS A JESÚS Y A SU MENSAJE

 “El Evangelio de Hoy”: Lc 4, 16-30

Lectura del santo evangelio según san Lucas: 

En aquel tiempo fue Jesús a Nazaret, donde se había criado; entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desarrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor". Y, enrollando el libro, lo devolvió al que lo ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: "Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír". Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: "¿No es éste el hijo de José?" Y les dijo: "Sin duda me recitarán aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí, en tu tierra, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm". Y añadió: "Les aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Les garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio". Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. Palabra del Señor. 

Reflexión

Dejamos a San Mateo y en lo adelante leeremos a San Lucas hasta noviembre. El Texto de hoy nos presenta la misión de Jesús tomada del capítulo 61 del libro del profeta Isaías. Jesús vive su misión impulsado, animado y ungido por el Espíritu Santo. En seguida nos damos cuenta que su anuncio está dirigido a los pobres de manera privilegiada y que Dios es la esperanza de la humanidad. La realidad de desigualdad inmensa e injusta será superada por la acción misericordiosa de Dios. Un fuerte llamado a la fraternidad que hará posible la justicia y la transformación de todo lo que deshumaniza y amenaza la vida.  

Así comienza Jesús a vivir su vocación profética a la que tú y yo somos también llamados. "Les aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra”, afirma Jesús antes de poner los ejemplos de Elías y Eliseo, ambos actuando a favor de personas no pertenecientes al pueblo elegido. No pretendamos poseer a Dios ni conocer a Jesús por nuestras prácticas religiosas. Jesús y su mensaje es mucho más que no que sabemos, él actúa cuando quiere, donde quiere y a favor de todos y todas. Dejémonos ungir por el Espíritu de Dios y vivamos con alegría y gratitud nuestra vocación profética al ejemplo de Jesús. 

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