EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

martes, 12 de agosto de 2014

EL MÁS IMPORTANTE

El Evangelio de Hoy”: Mt 18, 1-5. 10. 12-14

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel momento, se acercaron los discípulos de Jesús y le preguntaron: ¿Quien es el más importante en el reino de los cielos?
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: Les aseguro que, si no vuelven a ser como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué les parece? Supongan que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, les aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo su Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Este evangelio nos presenta a los discípulos preocupados saber quién es el más importante en esa comunidad fundada por Jesús. La pregunta es ambigua. Probablemente ellos tienen en la cabeza los criterios de importancia de la comunidad de su época, donde la gente importante es la gente del poder, de la fama, de los sueldos escandalosos, de la cercanía a las estructuras del templo. Pero la comunidad de Jesús es  profética, es radicalmente diferente, no puede responder a criterios de poder y dominación. Los discípulos de Jesús no han terminado de centrarse sus enseñanzas, están distraídos y absorbidos por la sociedad. A nosotros también suele pasarnos lo mismo. 

La comunidad del Reino no es una comunidad del éxito, de la autopromoción, de la fama, del poder acumulado, es una comunidad de la entrega, del servicio, de la gratuidad. Se invierten los valores. Lo últimos son los primeros. Los niños y todos los sencillos, la gente de la periferia, los marginados, los excluidos, son los primeros en la construcción de la comunidad del Reino. Si es cierto que los ricos y los poderosos nos vienen muy bien a la hora de resolver problemas económicos, no debemos olvidar que es  desde lo pequeño que los cristianos debemos construir todos los proyectos pastorales. Como Jesús debemos creer en el poder del amor, del compartir y del servicio, poniendo la confianza en Dios.

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