EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 5 de marzo de 2014

MIÉRCOLES DE CENIZA. COMIENZA LA CUARESMA

“El Evangelio de Hoy”: Mateo 6,1-6.16-18

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El Miércoles de Ceniza comenzamos La Cuaresma. Nos preparamos para la Pascua. La salvación de Dios nos acecha, provocándonos a volver a sus caminos. Dios nos hace participar de su salvación y nos pide una actitud de conversión, por medio de tres prácticas solidarias: ayuno, oración, limosna. Estas prácticas nos disponen y nos facilitan vivir la experiencia de su compasión y de su misericordia, y hacen más creíbles y auténticas nuestras prácticas religiosas. No olvidemos que El Evangelio nos invita a vivir todas estas prácticas de manera solidaria con el prójimo de manera que manifiesten la presencia del Reino de Dios. “Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación”. Dejar el mundo de las apariencias para asumir la dinámica propia de las obras del Reino, sin la cual, cualquier práctica religiosa es vacía e insignificante. La oración confiada y llena de esperanza, la solidaridad vivida al compartir lo que somos y tenemos, y el ayuno que hace en nosotros un espacio para acoger la presencia salvífica de Dios, son prácticas que nos harán crecer en la fe y dignificarán nuestra vida.

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