“El Evangelio de Hoy”: Lucas 12,35-38
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos: "Tengan ceñida la cintura y encendidas las
lámparas. Ustedes están como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda,
para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al
llegar, los encuentre en vela; les seguro que se ceñirá, los hará sentar a la
mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los
encuentra así, dichosos ellos." Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Este trozo del evangelio de San
Lucas nos deja ver la urgencia con que
estamos llamados a actuar. Tener “la ropa puesta y las velas encendidas”
se constituyen en distintivos de la comunidad, que no se duerme mientras espera
la llegada del Señor Jesús. Sabemos que existen, en nuestra realidad cotidiana,
muchas situaciones que nos preocupan y pueden distraernos en nuestro deseo
de seguir a Jesús y construir su Reino.
Pero Jesús nos invita a estar alerta, él no está ausente. La venida del Señor
no debe asustarnos, no viene a quitar, no viene a ser servido, viene a servir.
Si estamos atentos y abrimos nuestros corazones
cuando él viene a nosotros, es él el que nos sirve. Todo este lenguaje no busca otra cosa
que hacernos sentir amados y privilegiados por Dios para que en medio de
nuestra historia discernamos su presencia consoladora y rindamos servicio a la
vida. Nuestras vidas están en buenas
manos. Seamos nosotros también una presencia liberadora para quienes nos
rodean. Crezcamos en confianza y acojamos a los demás, no buscando beneficios o
intereses egoístas, sino sirviendo de sostén integral al otro y a la otra en lo
concreto del día a día. Así desea Dios
estar presente en nuestra vida.
Construyamos una esperanza activa y productora de paz y de alegría al estilo de
Jesús.
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