EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 19 de octubre de 2013

EL ESPIRITU SANTO LES ENSEÑARÁ

“El Evangelio de Hoy”: Lucas 12,8-12
Lectura del santo evangelio según san Lucas:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando les conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de lo que van a decir, o de cómo se van a defender. Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que tienen que decir." Palabra del Señor.
 
REFLEXIÓN
El Evangelio de Hoy nos plantea las dificultades con las que se puede encontrar quien sigue a Jesús de manera sincera. Jesús no anda escondiendo esta realidad para atraer seguidores. Su propia historia lo dice todo claro. Vivir la misión cristiana implica ser rechazados por quienes siguen intereses opuestos a la vida, a la fraternidad y al don de sí. El Seguimiento de Jesús es radical y demanda confianza en Dios y en su promesa de vida plena. Así testimoniaron esta opción las primeras comunidades cristianas. Fue este testimonio vivido en fraternidad lo que le valió confianza y atrajo a muchos otros al camino de Jesús.  “Miren como se aman”, decían de las comunidades.  Jesús concede un papel muy grande al Espíritu Santo, como el defensor por excelencia en los momentos en que las autoridades pidan cuentas. Ante el poder de las sinagogas y de los tribunales, no proceden los recursos y méritos propios, sino que el Espíritu Santo nos reconforta y nos inspira para saber encontrar las mejores y apropiadas palabras. Hemos experimentado esto muchas veces, cuando nos hemos encontrado en apuros y en peligros. La acción del Espíritu nos sorprende a cada momento, y su poder nos relanza más allá de lo que nuestras fuerzas humanas nos permiten. Cuando se trata de situaciones vergonzosas creadas por nosotros como iglesia, también debemos confiar en que el Espíritu nos inspirará las palabras y los gestos necesarios para poder convertirnos, cambiar, pedir perdón y seguir adelante obedeciendo sus orientaciones. Fe, humildad, confianza, no estamos solos.

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