“El Evangelio de Hoy”: Lucas 9,18-22
Lectura del santo
evangelio según san Lucas:
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus
discípulos, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos
contestaron: "Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que
ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas." Él les preguntó:
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Pedro tomó la palabra y dijo:
"El Mesías de Dios." Él les prohibió terminantemente decírselo a
nadie. Y añadió: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser
desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y
resucitar al tercer día." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
¿Y para nosotros quién es
Jesús? Dos mil años después de su
llegada, corremos el riesgo de quedarnos con respuestas aprendidas sobre Jesús,
con los títulos dados por sus seguidores
después de su resurrección: Mesías, Salvador, el Cristo, el Señor, el amigo que
nunca falla… Pero en realidad, ¿qué mueve Jesús en nosotros y a qué nos mueve en lo práctico de cada día?
La gente del primer tiempo de Jesús
tenían sus expectativas, vivían una realidad dura de dependencia, pago de impuestos, amenaza de exterminio… y esperaban
a un liberador que le sacara de esas penuria, sobre todo a nivel político y económicos.
Pero sus discípulos, aquellos que habían convivido y caminado con él y que
habían sido enviados a la misión, le reconocen como el “Mesías de Dios”.
No un Mesías lleno de poder dominador sino un Mesías revelador de la
misericordia de Dios. A sus más íntimos seguidores Jesús les manifiesta que el
Mesías tiene que padecer y ser condenado a muerte. Este anuncio de la pasión
choca de inmediato con las expectativas que tienen los discípulos de un Mesías
Rey y militar, fuerte y poderoso. No comprenden que el camino de la cruz es
precisamente expresión de su poder, pero un poder basado en el amor y en la
entrega generosa por los demás. ¿Y para nosotros hoy, para ti y para mí, qué
poder tiene Jesús? Un buen material a reflexionar en tiempo de injusticias, de inseguridad,
violencia, de absolutización del mercado
y las riquezas, de sufrimientos y de grandes necesidades… Busquemos respuestas
en la vida de Jesús.
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