EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 15 de abril de 2013

JESUS SE NOS DA COMO COMIDA TRANSCENDENTE


 “El Evangelio de Hoy”: Juan 6,22-29
Lectura del santo evangelio según san Juan:

Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?" Jesús les contestó: "Se lo aseguro, me buscan, no porque han visto signos, sino porque comieron pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios." Ellos le preguntaron: "Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?" Respondió Jesús: "La obra que Dios quiere es ésta: que crean en el que él ha enviado." Palabra del Señor.
 
Reflexión
 
Seguimos leyendo y reflexionando el capítulo 6 del evangelio de San Juan sobre el pan de vida. Jesús quiere que entendamos bien que aunque necesitamos comer cada día para seguir vivo y mantener la salud, él no habla de ese pan material y perecedero, sino de él mismo como alimento que proporciona las fuerzas, la confianza,  la esperanza, el ánimo y los valores necesarios para vivir cada día con la moral y la autoestima alta. ¿Habrán visto los asistentes a la multiplicación de los panes y los peces, un signo de la presencia de Dios en el mundo, salvándole y acompañándole? Jesús dice que no, que solo han visto la magia milagrera de alguien que le da comida pasajera. En el texto mismo Jesús explica que se trata de una señal, él no ha venido a dar cosas sino a darse a sí mismo y por completo a la humanidad. Se trata de una comida y una bebida que no pueden comprarse con dinero. Ésta debe ser la exigencia para el discípulo, considerarse a sí mismo “pan” que hay que repartir como si fuese él mismo quien se reparte. Así Creemos en Jesús, el enviado de Dios y lo seguimos continuando su misión.

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