“El
Evangelio de Hoy”: Lucas 1, 1-4; 4, 14-21
Lectura del santo evangelio según san
Lucas:
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea
con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba
en las sinagogas y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado,
entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para
hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo,
encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado para anunciar el Evangelio
a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la
vista.
Para dar libertad a los oprimidos; para
anunciar el año de gracia del Señor.”
Y, enrollando el libro, lo devolvió al
que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se
puso a decirles: “Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír.” Palabra del
Señor.
Reflexión Invitada: PROFETA
JOSÉ ANTONIO PAGOLA
JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Después de leer el
texto, Jesús lo comenta con una sola frase: “Hoy se cumple esta Escritura
que acabáis de oír”. Según Lucas, la gente “tenía los ojos fijos en él”.
La atención de todos pasa del texto leído a la persona de Jesús. ¿Qué es lo que
nosotros podemos descubrir hoy si fijamos nuestros ojos en él?
Movido por
el Espíritu de Dios. La vida entera de Jesús está
impulsada, conducida y orientada por el aliento, la fuerza y el amor de Dios.
Creer en la divinidad de Jesús no es confesar teóricamente una fórmula
dogmática elaborada por los concilios. Es ir descubriendo de manera concreta en
sus palabras y sus gestos, su ternura y su fuego, el Misterio último de la vida
que los creyentes llamamos “Dios”.
Profeta de
Dios. Jesús no ha sido ungido con aceite de oliva como se
ungía a los reyes para transmitirles el poder de gobierno o a los sumos
sacerdotes para investirlos de poder sacro. Ha sido “ungido” por el
Espíritu de Dios. No viene a gobernar ni a regir. Es profeta de Dios dedicado a
liberar la vida. Solo le podremos seguir si aprendemos a vivir con su espíritu
profético.
Buena
Noticia para los pobres. Su actuación es
Buena Noticia para la clase social más marginada y desvalida: los más
necesitados de oír algo bueno; los humillados y olvidados por todos. Nos
empezamos parecer a Jesús cuando nuestra vida, nuestra actuación y amor
solidario puede ser captado por los pobres como algo bueno.
Dedicado a
liberar. Vive entregado a liberar al ser humano de toda clase de
esclavitudes. La gente lo siente como liberador de sufrimientos, opresiones y
abusos; los ciegos lo ven como luz que libera del sinsentido y la desesperanza;
los pecadores lo reciben como gracia y perdón. Seguimos a Jesús cuando nos va
liberando de todo lo que nos esclaviza, empequeñece o deshumaniza. Entonces
creemos en él como Salvador que nos encamina hacia la Vida definitiva.
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