Lectura del santo evangelio según san Lucas.
En aquel tiempo,
designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a
todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es
abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande
obreros a su mies. ¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en
medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a
saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero:
"Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre
ellos su paz; si no volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban
de lo que tengan, por que el obrero merece su salario. No anden cambiando de
casa. Si entran en un pueblo y les reciben bien, coman lo que les pongan, curen
a los enfermos que haya, y digan: "Está cerca de ustedes el reino de
Dios." Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy
celebramos la fiesta de los santos Timoteo y Tito, dos obispos de los orígenes del cristianismo,
colaboradores de San Pablo. Como casi todos los que se comprometían en ese
tiempo, puede ser que hayan muerto mártires por su fe. Las características del
envío misionero que Jesús hace a sus discípulos son muy particulares. Implica
ir “ligeros de equipaje”. Se trata de despojarse de todo lo que sobra e impide
que el mensaje evangélico sea creíble. La misión implica sencillez. Jesús
quiere discípulos misioneros que puedan moverse libremente en todos los
espacios, sin anquilosarse en métodos, costumbres, lugares, personas e
instituciones. ¿Cuál es nuestra manera de anunciar el evangelio hoy, como
Iglesia, como comunidades y nosotros, particularmente? Hoy somos llamados a ser
libres, a depender solo de Dios, a amar y hacer todo lo que queramos como Jesús.
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