“El Evangelio de Hoy”: Mateo 11,16-19
Lectura del santo evangelio según san
Mateo:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
"¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la
plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no han bailado;
hemos cantado lamentaciones, y no han llorado." Porque vino Juan, que ni
comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre,
que come y bebe, y dicen: "Ahí tienen a un comilón y borracho, amigo de
publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de
Dios." Palabra del Señor.
Reflexión
También en se vive la realidad de la
incomprensión o de la poca atención en lo referente a la salud. Muchas
propagandas a favor de la prevención de las enfermedades catastróficas y
dolorosas: necesidad de prevenir el sida, el cáncer, la diabetes, las
enfermedades cardíacas… sin embargo, muy pocas personas hacen caso, continúan
su vida “normal”. Y cuando alguien se toma la prevención en serio, es acusado
de ridículo o de maniático. ¿ A qué hacemos nosotros caso?
En el caso que nos presenta el Evangelio
de Hoy, tanto Juan Bautista como Jesús hacen un llamado al cambio, a la
preparación del futuro, a vivir conscientemente el día a día. Sin embargo, uno
es acusado de loco exagerado y el otro de comelón y de ser amigo de gente mal
vistas por su pobreza, sus enfermedades y por su “pecados”… no se reacciona a
ninguno de sus mensajes. Juan Bautista es encarcelado y asesinado por la ambición
de poder del rey Herodes; Jesús es fuertemente criticado por andar con gente de
la mala fama y finalmente clavado en la cruz.
Tanto la vida llevada por el profeta Juan
Bautista y la vivida por Jesús, son propuestas, caminos de acercamiento a Dios,
de preparación para acoger su Reino. A fin de cuentas son dos gestos
proféticos: la austeridad de Juan que denuncia la ostentación y el lujo a costa
de los pobres; y la sencillez de Jesús, identificado con la gente del pueblo.
Ninguno de los gestos se acomoda a los parámetros de apariencia y falsedad de
los líderes religiosos, sociales y políticos. Éste es el llamado que hoy nos hace Jesús en
su evangelio para que vivamos coherentemente y sepamos escuchar los mensajes de
salvación que proceden de diversas maneras. Desde los llamados de los médicos y
las instituciones sanitarias a prevenir enfermedades, por nuestro bienestar
físico hasta la invitación a escuchar la llamada de Dios a preparar el
bienestar eterno. Estemos atentos a los signos que se nos muestran en el día a
día, seamos sabios al reaccionar.
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