Lectura del santo evangelio según san
Lucas:
Unos días después, María se puso en
camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de
Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la
criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en
grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo
llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que
has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá." Palabra del
Señor.
Reflexión
Celebramos hoy la
fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe Patrona de América y venerada de manera
extraordinaria en México. Hoy la Iglesia Mexicana celebra con gozo esta gran
fiesta que ya el Papa ha dispuesto que se celebre en la Iglesia universal. Son
miles y miles de peregrinos los que se congregan en torno a la Guadalupana para
venerarla y expresarle el gran afecto que le tienen; lo mismo que hiciera San
Juan Diego cuando la madre del Cielo le dirigió la palabra y le mandó que
dijera al arzobispo Juan de Zumárraga que le construyeran un templo en su honor
en ese lugar. Desde entonces la devoción a la Virgen Morena se ha ido
incrementado y extendiendo por toda América, incluso, por otros continentes. La
violencia y la inseguridad que se vive en algunos enclaves de México no impedirán
que los devotos de la virgen se movilicen para celebrar su fiesta y pedirle por
la paz y la justicia.
Nuestra Señora de
Guadalupe es la misma que sale presurosa por las montañas de Judá a compartir
con su prima Isabel la Buena Nueva que lleva en sus entrañas. Ella es la que
hace saltar de gozo al niño que su pariente lleva en su vientre. Ella es la
bendita entre todas las mujeres. Isabel declara a María bienaventurada por su
fe, por su aceptación de la voluntad de Dios. Esta fe es la que se encarna en
el cuerpo de maría. Así como nuestra fe debe hacerse presente en la vida de
todos los días como mensaje de esperanza en medio de los problemas cotidianos. Ella
es la bienaventurada por haber creído en las promesas de Dios. Nosotros que
tenemos a María como ejemplo de fe y de esperanza, en este Adviento 2012 nos
desafía nuestra convulsionada realidad de violencia, de inseguridad y de
crisis.
La devoción a María no
puede quedarse simplemente la manifestación de unos sentimientos externos, en
procesiones, rezos y celebraciones multitudinarias, sino que debemos pasar a la
contemplación de las actitudes profundas que asumió la Virgen desde su fe, para
asumirlas hoy nosotros como criterio y programa de fe en nuestra vida. Como
María, aprendamos a acoger, anunciar y asumir el compromiso con todas sus
consecuencias. Como ella, dejemos que la salvación se engendre en nosotros para
que alcance a muchos más que esperan la misericordia y el amor del Dios con
nosotros. Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros. Amén.
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