EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

martes, 18 de diciembre de 2012

EL AMOR Y LA FE DE JOSÉ


 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 1,18-24

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados."
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por el Profeta: "Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros". Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer. Palabra del Señor.

Reflexión

Posiblemente muchos sentimientos encontrados pasaron por su cabeza de José al saber que su prometida estaba embarazada. Uno de ellos, denunciarla públicamente; pero esto significaba que ella debería morir por lapidación a causa de su infidelidad y adulterio, crimen que las mujeres (no los varones) tenían que pagar con su propia vida. Somos humanos, vivimos insertos en una sociedad que tiene sus maneras de reaccionar y de actuar y eso nos condiciona, al menos en un primer momento.
 
Pero el texto nos dice que José decidió abandonarla en secreto, tal vez alejándose de ella sin que nadie se diera cuenta. Posiblemente las críticas recaerían sobre él por ser un padre irresponsable, pero no pasaría de ahí. Sin embargo, el amor tan grande por la joven María le lleva a escuchar en su conciencia recta y justa la voz de Dios, que le indica el origen y el destino de aquel niño. Será el EMANUEL, el Dios-con-nosotros, “Dios en persona que viene a salvarnos”. El amor es siempre portador de soluciones de vida y no de muerte.
 
A partir de su amor por María, José se da cuenta de que él mismo tiene una misión en el plan de salvación de Dios. Su amor, su rectitud, su libertad responsable, se ven compensadas de alguna manera por la maravillosa misión que Dios le confía en sus manos: ser el rostro paterno para este niño en quien, humanamente, Jesús va descubriendo el rostro misericordioso y bondadoso del Padre Dios. No sabemos mucho más sobre José y su vida, pero queda en nosotros la imagen de un hombre profundamente creyente en el cumplimiento de las promesas de Dios a favor de su pueblo. En este año dedicado a la fe, somos invitados a crecer en la fe.

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