EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 17 de noviembre de 2012

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“El Evangelio de Hoy”: Lucas 18, 1-8

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: "Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario"; por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara". El Señor añadió: "Fíjense en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿o les dará largas? Les digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?  Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de Hoy nos invita a orar sin desanimarnos y sin ponerle fecha a Dios para que nos atienda. Nosotros somos los necesitados frente al Dios amor. La viuda es el símbolo de los desprotegidos en el pueblo de Dios, los más pobres e infelices. La única manera de obtener justicia es por medio de la autoridad de una instancia judicial.  Y ya nosotros sabemos bien cómo está funcionando la justicia humana hace tiempo, y cada día peor.  A diferencia de los fuertes, como los reyes, los magnates, los hacendados y la aristocracia sacerdotal, que contaban con ejércitos institucionales o personales para hacer valer sus pretensiones, el único recurso contra la violencia del adversario es la justicia. Hoy tendría que ser lo mismo pero ya sabemos  lo que pasa.
 
La Historia de la Salvación recogida como experiencia de fe en nuestra Sagrada Escritura, nos enseña cómo reaccionar frente a una realidad desprotegida e injusta. En la Biblia el ‘temor de Dios’ y el respeto a la humanidad son sinónimos de la justicia como único remedio eficaz contra la violencia con la que se busca hacer prevalecer los intereses de un grupo sobre el bien de la mayoría. Pero, cuando las virtudes del juez y las convenciones humanas fallan, el único recurso que queda es el de la resistencia en la pertinaz exigencia de la justicia, porque, si se acude a la violencia con los propios recursos, se cae en el juego del adversario. El mensaje de Jesús insiste en la capacidad de resistencia, tenacidad y paciencia de sus seguidores, capacidad que los lleva no sólo a sobreponerse a la adversidad, sino a dar una respuesta serena y creativa a los límites que imponen las conveniencias sociales.
 
Hoy más que nunca necesitamos actuar con sabiduría. No podemos dejarnos llevar por las pasiones y los enfados incontrolados. Exigir justicia una y otra ves como la viuda del evangelio, no cansarnos de decir la verdad y buscar la justicia a través de medios adecuados. Dios nos sostenga en nuestras búsquedas. Amén.

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