EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 3 de agosto de 2012

LES FALTABA FE

“El Evangelio de Hoy”: Mateo 13, 54-58
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: "¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?". Y aquello les resultaba escandaloso.
Jesús les dijo: "Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta". Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe. Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús de visita en su pueblo de Nazaret. Sus paisanos rechazan a Jesús porque consideran que no tiene las credenciales de maestro y de profeta. Y preguntan, ¿de dónde saca todo esto? Para descalificarlo por ser un artesano, el hijo de una vecina, y por no ser “teólogo de raza”, es decir por no haber recibido instrucción superior en alguna escuela de Jerusalén o de un rabino acreditado.     
A nosotros puede pasarnos igual si seguimos las corrientes prejuiciosas de nuestra sociedad. Sabemos muy bien que Jesús se acercaba a los que nadie hacía caso por ser pobres o simples laicos. Nosotros, siguiendo los pasos de nuestro Maestro, debemos hacer lo mismo. La humildad, la sencillez y sobretodo la audacia y el carisma de Jesús se convierten en un obstáculo ante sus paisanos y de allí se pasa a la incredulidad. La fe nos tiene que llevar a la práctica de Jesús, no nos podemos dejar arrastrar por el orgullo y la vanidad de un prestigio pre-etiquetado.
“Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron” como nos dice el primer capítulo del evangelio de san Juan.  El problema de fondo de todo esto no era sólo que descalificaran a Jesús por su origen, oficio y formación, sino que en esa descalificación también desechaban el mensaje del evangelio. Nosotros ahora afrontamos una realidad semejante. Tendemos a creer más en lo que dicen en la televisión o en el internet sobre Jesús que lo que nos dicen nuestros hermanos y hermanas  de iglesia o nuestros líderes. Incluso creemos más en lo que dice la publicidad de Jesús que en lo que dice la misma Biblia. Y todo porque pensamos que lo que sale en una pantalla o en un aviso publicitario es más real que la realidad misma. Demos gracias al Señor que nos ha dejado un testimonio tan claro sobre la manera de vivir nuestra fe en comunidad y pidámosle el don de la sabiduría para discernir su voluntad y realizarla con alegría.

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