EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

miércoles, 8 de agosto de 2012

CUAL ES EL TAMAÑO DE NUESTRA FE?

 “El Evangelio de Hoy”: Mateo 15, 21-28

Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo". El no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando". El les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel". Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas: "Señor, socórreme". El le contestó: "No está bien echar a los perros el pan de los hijos". Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor, pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos". Jesús le respondió: "Mujer, ¡qué grande es tu fe!; que se cumpla lo que deseas". En aquel momento quedó curada su hija. Palabra del Señor.

Reflexión

La historia de la Iglesia nos habla de sus preocupaciones y realizaciones. Parte de lo que cada iglesia se pregunta es cómo responder a las demandas que se le presentan. Ninguna comunidad cristiana tiene con qué atender a todo el mundo sin distinciones. Siempre hay personas que necesitan más que otros. ¿Cuál es la práctica de tu comunidad cristiana para atender a los más necesitados? Hay parroquias que tienen programas de ayuda para emergencias, otras simplemente salen a colectar a la hora de un caso de extrema necesidad. Hoy existen fundaciones bien organizadas y ordenadas para estos fines… ¿qué haces tú?

Jesús también tuvo que organizarse para responder a las peticiones que le llegaban: la misión de Jesús dio prioridad a los ‘de casa’, a las ovejas perdidas de Israel; pero sus seguidores, siguiendo su ejemplo, deben abrirse a los ‘de fuera’, a las naciones. La acción de Jesús con los de casa es el modelo a seguir con los de fuera, con los extranjeros, como con la mujer del pasaje de hoy que sorprende a todos por su persistencia y por la extraordinaria grandeza de su fe. Nuestra fe no puede depender de los favores que la comunidad pueda concedernos. Juntos tenemos que organizarnos para poder ofrecer una ayuda solidaria a las personas que entre nosotros y fuera de nuestras comunidades necesiten.

¿Por qué responde Jesús de una forma tan seca y aparentemente dura a la mujer de este evangelio? Jesús conoce los riesgos de su acción entre los paganos, por eso da una respuesta sacada de la sabiduría popular de su pueblo. La mujer responde con la misma sabiduría para mostrar cómo la oferta de Dios, si bien pasa primero por los necesitados de Israel, beneficia a todas las personas, porque si se trata de la gracia de Dios, incluso las migajas son suficientes. En nuestra sociedad y en nuestras comunidades corremos el riesgo de dar tanta importancia a las urgencias internas de nuestras propias comunidades que olvidamos que nuestra vocación es un llamado pascual a abrirnos a las urgencias del ‘resto’ de la humanidad. Claro que tenemos que tener en cuenta que no podremos responder a todos los necesitados como ellos desean. Las comunidades tenemos que organizarnos para vivir la caridad, la solidaridad y la fraternidad que nos lleva a compartir lo que somos y tenemos.  ¿Cuál es el tamaño de nuestra fe? Cuáles son nuestras necesidades y cuáles son las necesidades de los que nos rodean? ¿En qué podemos ayudar?

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