Una reflexión del Evangelio en perspectiva teológico-pastoral para animar desde la liturgia, la vida de fe en su compromiso personal y comunitario
domingo, 26 de agosto de 2012
ELEGIR A JESÚS
“El Evangelio de Hoy”:
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:
"Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?" Adivinando
Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto les hace
vacilar?, ¿y si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El
espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que les he
dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de ustedes no creen. "Pues
Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y
dijo: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se
lo concede." Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no
volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También
ustedes quieren marcharse?" Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién
vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos
que tú eres el Santo consagrado por Dios."Palabra del Señor.
Reflexión
Las palabras de Jesús chocan con la
mentalidad vigente. Hace veinte siglos parecía inadmisible que una persona
pudiera comunicar un mensaje tan exigente y tan liberador. Hoy, seguimos en el
mismo plan: tratamos de endulzar las palabras de Jesús para que no hieran
nuestros prejuicios. Con frecuencia queremos convertir la palabra de Jesús en
el ejercicio de un conjunto de ritos. Pero, la palabra de Jesús nos
desestabiliza, nos desquicia y nos lleva a cuestionar la vida diaria. A veces,
incluso, decimos como los discípulos. «Este modo de hablar es inaceptable,
¿quién puede hacerle caso? No obstante, si queremos seguir a Jesús, la única
respuesta posible es un «sí» rotundo, un «amén» decidido y generoso. Queremos
seguirlo y queremos ser como él. No deseamos contentarnos con los laureles que
nos ofrece el mundo, sino que anhelamos caminar con el Nazareno la difícil y
tortuosa vía del pueblo de Dios en la historia.
Ahora, muy pocos se atreven a criticar a
Jesús de Nazaret, pero esto no significa que estén de acuerdo con él. Muchas
personas hace tiempo que se «echaron para atrás» y cogieron su propio camino,
solamente que se contentan con llevar en su memoria el recuerdo de un bautismo
sociológico y el aval de las ceremonias religiosas. Pero, para aquellos que
anhelamos escuchar la voz del Maestro, no existe otra respuesta que la de Pedro
ante el desafío de Jesús: «¿Señor, a quién iremos?, sólo tú tienes palabras de
vida eterna».
Qué útil sería examinar nuestras celebraciones y toda la vida de nuestras
comunidades...! ¿Generan un «movimiento de Jesús» en dirección hacia la Utopía
solidaria de lo que Él llamaba Reino? ¿Van cambiando nuestro modo de pensar y
actuar? ¿Nos hacen capaces de identificar las otras presencias del Dios entre
los desheredados de la vida? El mismo Jesús, en cuya boca Juan puso estas
palabras: «Yo soy el Pan de Vida», según Mateo también dijo: «tuve hambre y me
diste de comer, cada vez que lo hicieron con mis hermanos más pequeños, era
conmigo mismo con quien lo estaban haciendo» (Mt 25,35).
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